Cruz Roja anuncia la reducción de sus actividades
La falta de seguridad empieza a hacer mella en la asistencia humanitaria a Irak. En un gesto altamente significativo, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) anunció ayer en Bagdad la reducción de sus actividades en todo el país ante las informaciones de que sus empleados pueden ser un objetivo para los terroristas. La mitad de sus trabajadores extranjeros está siendo reubicada en los países vecinos.
"Hemos recibido varias advertencias que dicen que somos un objetivo probable, y hemos decidido, muy a nuestro pesar, no dejar más que medio centenar de expatriados en Irak y 700 locales", explicó la portavoz del CICR, Nada Doumani. "No podemos proteger a la población iraquí si nosotros mismos no estamos seguros", añadió. El CICR perdió a un empleado esrilanqués en un ataque a finales del pasado julio.
Ahora, al atentado contra la sede de Naciones Unidas del pasado martes, se han sumado nuevas señales de alerta. Desde primera hora de la mañana de ayer los soldados estadounidenses cortaron el acceso a la calle de Abu Nawas desde el sur, lo que ralentizó aún más el tráfico en la avenida de Saadún. Además, han cerrado la calle lateral por la que se venía accediendo a los hoteles Palestina y Sheraton, al parecer por temor a que su protección resulte insuficiente.
A su vez, Naciones Unidas informó ayer de que le resultaba prácticamente imposible identificar a los cadáveres de los iraquíes muertos en el atentado de la semana pasada en Bagdad, y solicitaron a los familiares que crean que uno de sus seres queridos pudo morir en el ataque que aporten pruebas dentales o Rayos X.
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