El carrito virtual
Llenar la nevera o comprar entradas desde el ordenador nos resulta cómodo y nos proporciona un gran ahorro de tiempo
La Red es un inacabable centro comercial. Se vende de todo y de todas las maneras imaginables, y, además, no hay que hacer colas y se tiene todo el tiempo del mundo para revisar y comparar los productos.
Enriqueta Suárez, trabajadora de Correos de 42 años con dos hijos, defiende la compra en el súper a través de la Red con la pasión de una nueva conversa. "He cambiado un desplazamiento semanal en coche al súper, en el que invertía mas de tres horas, por una conexión a Internet que, la mayoría de las veces, no llega a la media hora. En lugar de caminar por los pasillos arrastrando un carrito mientras controlo a los críos, repaso las estanterías virtuales sentada en mi sillón tomándome un té, y lo hago a la hora que más me conviene, que suele ser entre las once y las doce de la noche, con los niños ya acostados, o a veces desde el trabajo".
Hacer la compra en un súper virtual resulta sencillo. Enriqueta busca aceite. Primero accede a la sección de aceites, especias y salsas; después elige la familia de productos: aceites; y acto seguido escoge entre las diferentes variedades: aceite de oliva virgen, y aparecen todos los aceites de estas características acompañados de una pequeña foto y una explicación. Enriqueta indica la cantidad: seis botellas -no quiere comprar aceite en muchas semanas- y pone la adquisición en el carrito virtual de la compra. Además, sabe que no tendrá que cargar con las botellas. Está dispuesta a superar los 90 euros para que un amable empleado se lo traiga gratuitamente hasta la puerta de casa. También existe la opción del buscador, que acepta búsquedas por nombres o marcas.
Cuando se adquiere una cierta soltura la sensación es bastante parecida a pasear realmente entre estanterías e ir cogiendo lo que se busca. Cuando se finaliza la compra se selecciona la hora a la que se desea recibir el pedido, de 10.00 a 22.00 horas en franjas de dos horas, y se paga mediante una tarjeta de crédito.
Enriqueta subraya una virtud innegable del supermercado virtual. La web puede almacenar diferentes listas de la compra de días anteriores. Esto permite repetir el pedido habitual cada vez que se compra, de manera que sólo hay que modificar las cantidades de los artículos y quitar y añadir lo que nos interese. Para Enriqueta las engorrosas listas en papel frente a la nevera se han acabado. Ella hace la compra en menos de media hora y con simples clics de ratón. Y es que el papel higiénico, la leche o los fiambres son siempre los mismos. Enriqueta no tiene miedo de poner en la Red su número de tarjeta de crédito. Pero no todos los catalanes piensan igual. Actualmente, según un estudio del Instituto Catalán del Consumo, sólo el 11,9% de los catalanes, unos 650.000, ha comprado alguna vez por Internet, pero el porcentaje sube hasta el 42,6% entre los que afirman que piensan utilizar este servicio en el futuro. Caprabo dice que tiene más de 47.000 clientes que compran desde carne, pescado o fruta hasta productos de droguería y bazar a través de este sistema. La empresa informa de que la edad de estos compradores es de entre 30 y 55 años, en su mayoría son hombres y mujeres urbanos, casados y con dos hijos.
Otro de los productos más solicitados por Internet son las entradas para espectáculos. En este caso lo que más motiva al comprador es la comodidad de comprar sin colas ni desplazamientos. Intentar ver una película durante el fin de semana de su estreno es complicado. La Red es una solución, aunque en este caso compita con la compra telefónica y la que se hace directamente desde algunos terminales bancarios. Internet no es la vía más barata. Comprar una entrada por la Red tiene un cargo que oscila entre 0,50 y 1,5 euros. El sistema, de nuevo, es sencillo. Si las entradas son numeradas incluso se puede escoger la localidad. En el Liceo, por ejemplo, se informa del porcentaje de escenario que se ve desde cada uno de los asientos. Las entradas normalmente se recogen en taquilla o en algunos terminales bancarios.
El ocio es sin duda el mayor catalizador de compras virtuales. Libros, música, juegos y viajes son productos muy solicitados. El 3% de los billetes de Iberia se adquiere a través de Internet. Comprar un billete de avión de última hora en sitios como Lastminute.com es una práctica habitual entre los internautas, o un libro en Fnac.es o una oferta de viaje en Atrapalo.com, un portal de ocio en general que incluye ofertas de viajes, gastronomía y espectáculos. Y es que el centro comercial Internet abre las 24 horas del día, siete días a la semana, y no hay necesidad de hacer colas. Sólo hace falta una buena conexión y una tarjeta de crédito bien alimentada.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.