Las muertes en hospitales crecieron en julio en todas las comunidades menos el País Vasco

Poco a poco, la información sobre los efectos sanitarios de la ola de calor va llegando. Aunque la cifra oficial de fallecidos por golpe de calor o el empeoramiento de otras patologías se mantiene en 101, el Ministerio de Sanidad ofreció ayer nuevos datos que confirman que hubo un aumento de defunciones. Esta vez se trata de las variaciones de atenciones en urgencias, ingresos y muertes en los hospitales. En todas las comunidades que han dado datos, el número de fallecidos aumentó en julio con respecto al mismo mes del año anterior. La excepción es el País Vasco, con un descenso del 3,3%.

Este nuevo lote de datos parece confirmar lo que los expertos habían adelantado: la prolongada canícula de este verano ha tenido repercusión en un empeoramiento de la salud de los ciudadanos, con su reflejo en un aumento de los fallecimientos atribuibles directamente a un golpe de calor (47) y al empeoramiento de patologías asociadas (54).

En este caso se trata de la comparación del número de atenciones en urgencias hospitalarias, en ingresos y en defunciones entre los meses de este año y los del pasado. La información es incompleta, porque algunas comunidades no han facilitado todos los datos y el recuento no incluye el mes de agosto, pero presenta un panorama elocuente: en todas las comunidades autónomas que han dado esa cifra a Sanidad (faltan Canarias, Castilla y León y Cataluña) ha aumentado el número de defunciones hospitalarias durante el mes de julio.

Sólo han bajado en el País Vasco, pero el consejero de Sanidad, Gabriel Inclán, ya había adelantado el jueves que, en cambio, había subido el número de defunciones registradas en los domicilios y residencias.

La Rioja y Murcia son las comunidades con más incremento en el número de fallecidos, un 28,21% y un 22,14% más que el año pasado. En julio de 2002, la variación fue de un 3,83% más en Murcia, y un descenso del 2,67% en La Rioja. En julio de 2002 también bajaron las muertes en otras seis comunidades autónomas. Destaca Canarias, con un descenso del 23,28%.

Respecto a los ingresos hospitalarios, aumentaron en 11 comunidades, y descendieron en cuatro. Canarias y Cataluña no han suministrado ese dato. Por último, las atenciones en urgencias crecieron en todas las regiones (falta la cifra de Canarias). Destaca Baleares, con un 13,5%. En el resto de las comunidades, la variación es menor del 10%.

Las ciudades de Ceuta y Melilla, las únicas sobre las que mantiene el Ministerio todas las competencias, mostraron un comportamiento diferente.

En Ceuta el número de muertes fue el mismo; en Melilla, bajó casi un 43%. Estas cifras son, sin embargo, poco significativas, porque se trata de ciudades con poca población.

La ministra de Sanidad, Ana Pastor, se limitó ayer a facilitar los datos que habían remitido a su departamento las comunidades autónomas, pero sin hacer otro análisis que indicar que la serie temporal (los datos van de julio de 2002 a julio de 2003) presenta variaciones que en algún caso (como las muertes en Canarias en diciembre de 2002) llegan al 30% sin que ello haya suscitado la alarma.

La ministra recalcó que pese a este aumento de demanda, "el funcionamiento de los servicios sanitarios, y la respuesta de los profesionales sanitarios ha hecho que no haya en este momento que destacar anomalías en el funcionamiento de los servicios". "Lo importante es que podemos decir que nadie ha muerto de golpe de calor porque no se le atendió", afirmó.

Sin análisis

Pastor volvió a posponer cualquier otro comentario sobre el posible efecto de la prolongada canícula en las tasas de mortalidad hasta disponer del estudio que ha encargado al Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de la Salud Carlos III.

Este trabajo está a cargo de los 15 profesionales del centro, y recabará los datos de los certificados de defunción de los registros civiles de las capitales de provincia y de una muestra de los municipios de menos de 10.000 habitantes, explicó el director general de Salud Pública, José María Martín Moreno. Sanidad espera disponer de conclusiones en dos semanas.