Vivien Greene, viuda del escritor británico Graham Greene
Vivien Greene, esposa del genial escritor, inveterado adúltero y torturado católico Graham Greene, religión a la que se convirtió gracias a la influencia de Vivien, murió el pasado martes a los 98 años de edad en su casa de la universitaria ciudad de Oxford, al sur de Inglaterra.
"Es el fin de una era", declaró ayer su sobrina Amanda Saunders al diario británico The Independent, al hacerse eco de esa muerte. Vivien Greene, que nació en 1905 con el nombre de Vivienne Daryll-Browning, ha sobrevivido 12 años a su esposo, fallecido en 1991 y de quien nunca se divorció debido a la fe católica de ambos, pese a que en 1948 se separaron.
Greeene fue para su esposa "un hombre frío e infeliz", con el que tuvo "un matrimonio intenso pero desgraciado, que le iba a perseguir en sus últimos años". Así lo definió Vivien en una de sus escasísimas entrevistas, un año después de la muerte del autor de El poder y la gloria, El americano impasible o El tercer hombre, entre otras grandes novelas que se popularizaron aún más al ser llevadas al cine.
En 1926, cuando tenía 22 años, Graham Greene se convirtió al catolicismo, un año después de conocer a Vivien, a quien consideraba como "una católica ardiente", en comparación con la supuesta frialdad del anglicanismo, la religión oficial británica.
Toda la obra de Greene está recorrida por la carga del catolicismo, su reflexión sobre el pecado, el sufrimiento y el mal, y los conflictos espirituales, en una serie de ambigüedades que lo persiguieron también en su vida.
En 1927, Graham Greene y Vivien se casaron y empezaron una vida en común que aunó la pasión por el sexo en casa ajena con los constantes arrepentimientos de él, y en los que la esposa toleró muchas veces relaciones extramatrimoniales de su marido, incluso con prostitutas.
El matrimonio tuvo dos hijos, Caroline (ahora con 69 años) y Francis (de 66) antes de separarse en 1948, un fracaso que reflejó la novela El final del romance (The end of the affair), llevada al cine en 1999 por Neil Jordan.
Después de la separación y mientras la fama de su esposo como escritor se hacía cada vez mayor, Vivien Greene pasó los últimos años de su vida coleccionando en su hogar casas de muñecas victorianas, hasta convertirse en una autoridad en la materia desde el punto de vista histórico, a lo que dedicó dos libros.
Su exhaustiva colección fue expuesta en un museo de Oxford antes de que, hace cuatro años, las miniaturas fuesen vendidas en una subasta. Vivien, hasta el fin de su vida, siguió firmando sus artículos como "la señora de Graham Greene".
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