Kelly predijo en febrero que sería "hallado muerto en un bosque" si estallaba la guerra
Blair comparecerá el próximo jueves ante el juez que investiga la muerte del científico británico
David Kelly predijo su propia muerte cinco meses antes de que ocurriera. El experto en armas del Ministerio de Defensa británico cuya muerte es objeto de investigación dijo el pasado febrero a un diplomático -antes de que se iniciara la guerra- que, si Irak fuera finalmente invadido, él sería "probablemente encontrado muerto en los bosques". David Broucher, un representante del Reino Unido en la conferencia internacional sobre el desarme, relató ayer esta confesión ante la comisión de investigación presidida por el juez Hutton. El primer ministro, Tony Blair, declarará el próximo jueves día 28.
El diplomático no dio importancia al comentario de Kelly hasta que la premonición se cumplió cuando su cuerpo apareció en un bosque el pasado 18 de julio. El científico, afirmó Broucher, se sentía incómodo porque había asegurado a funcionarios iraquíes que, si cooperaban con los inspectores de Naciones Unidas, no corrían riesgo. Pensaba que, si finalmente había una guerra, algunos "podían morir como resultado directo de su acción", y eso le pondría en una posición moralmente difícil, porque se podría pensar que había mentido a sus colegas iraquíes. Broucher dijo ante la comisión que en ese momento pensó que, al anunciar su muerte, Kelly quería decir que "podía ser atacado por los iraquíes".
El científico, según relató el testigo, pensaba que "la guerra iba a producirse de todas formas", y no se equivocó. Menos de un mes después de su conversación con el diplomático, las tropas anglo-estadounidenses invadían Irak, y cuatro meses después de la caída de Sadam Husein las armas de destrucción masiva siguen sin aparecer.
Broucher dijo que Kelly no le parecía convencido por los argumentos presentados por el Gobierno británico para justificar la guerra. "Pensaba que, si los iraquíes tenían todavía armas biológicas, no debían de tener muchas", afirmó. Además, el experto en armas le confió que las sustancias venenosas debían estar almacenadas en un lugar distinto que las municiones, lo que significaba que "no se podían desplegar rápidamente las armas".
El juez Hutton anunció ayer la comparecencia, el próximo jueves, del primer ministro, Tony Blair, y la de su ministro de Defensa, Geoff Hoon, el día antes, el miércoles. Este último apareció ayer, una vez más, en el centro de los debates. Donald Anderson, el presidente de la comisión parlamentaria que sometió a David Kelly a un duro interrogatorio público el pasado 15 de julio, tres días antes de su muerte, compareció ante la comisión. Anderson, según dice la BBC, afirmó que el ministro de Defensa había autorizado la comparecencia del científico a condición de no interrogarle sobre el programa de armas iraquí y la elaboración del informe de Defensa presentado por el Gobierno británico para justificar la guerra.
Tres periodistas de The Sunday Times, The Guardian y The Financial Times que fueron los primeros en nombrar a Kelly como la fuente de Andrew Gilligan, el periodista de la BBC que acusaba al Gobierno británico de haber exagerado la amenaza iraquí, declararon ayer ante el juez Hutton. Todos afirmaron, según la BBC, que el propio Ministerio de Defensa les había proporcionado la información.
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