Lagunas del 'plan'
Entre otros muchos, dos aspectos me llaman la atención en el filtrado borrador del plan Ibarretxe. Si bien se abre la posibilidad de que seleccciones deportivas vascas actúen oficialmente como tales en el plano internacional (art. 11.4) no se prevé al mismo tiempo la conveniencia de acentuar nuestra soberanía por medio de ligas estrictamente vascas para tales deportes. No con menor desazón, veo que mientras se señalan fórmulas para una especial relación con Navarra y el País Vasco francés y para la integración en Euskadi de los enclaves de Treviño o Trucíos (arts. 3.1, 3.4 y 5.2) no se establezcan procedimientos por los que entidades territoriales actualmente adscritas a la Comunidad Autónoma Vasca puedan separarse de ésta. Pienso en mi querida ciudad natal, Donostia-San Sebastián, que podría llegar a convertirse en algo así como el Mónaco del Cantábrico.
No cabe duda de que la Liga Vasca de Fútbol tendría especiales alicientes: tres o cuatro campeonatos al año, todo el tiempo en derby y nunca con la tensión de que los malvados madrileños nos arrebataran el título la última jornada. Ello, en el marco de una idílica Euskadi Libre Para Luego Asociarse en la que un golpe de estado de ETA habría triunfado ya en un par de horas pese a la heroica resistencia de la Ertzaintza. Pero, personalmente, me inclino más bien a que la Real siga jugando la Liga española y a que si saliera (que no saldrá) adelante el plan Ibarretxe, nuestro pueblo donostiarra, liberal y cosmopolita de siempre, se autodetermine en el sentido de separarse del resto de Euskadi para continuar unido a Europa por medio de España.
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