Dios se inclina
Desde que Stephen Hawking redujo a Dios a una evidencia científica, ya no hay nada seguro: Polonia se prepara para tener un presidente no comunista, en la URSS ha habido elecciones y un señor de la sierra de Madrid ha derribado un helicóptero del Ejército de Tierra de una pedrada. Visto lo visto, Felipe González ha decidido convocar elecciones para octubre. Con ese estilo desganado de los grandes cracks, dijo ayer que "se inclina" por convocar elecciones. ¡Cómo le gusta hablar raro! La gente normal no usa esos verbos. "¿Qué vas a cenar?". "Me inclino por bocata de chorizo". Pero González se gusta así, enigmático, como el Dios de antes de Hawking y otros sujetos importantes.
También es una forma de avisar al Partido Popular, ex Alianza Popular, para que acelere el nombramiento de un candidato. Por si quieren presentarse, vamos, que ya es otro cantar. Manuel Fraga quería a Isabel Tocino, de quien había elogiado sus piernas, pero le han disuadido. Marcelino Oreja no ha hecho un papel muy brillante en las elecciones europeas de junio, y sus piernas, un bluf. De manera que el dedo de don Manuel recaerá en... en... en... ¡José María Aznar! Hay que reconocer que se lo ha trabajado, todo un año zancadilleando a Antonio Hernández-Mancha desde Castilla y León. Alberto Ruiz-Gallardón pugna todavía para que el candidato sea Manuel Fraga, pero el león de Perbes jura que "ni un terremoto" le apartará de su destino: "¡Galicia!". Y se echa a llorar.
Muchos de ustedes no conocen a Aznar. Es gracioso. No simpático, pero sí gracioso, precisamente porque parece que siempre está enfadado. Suele decir las cosas más obvias con mucha autoridad. Por ejemplo: "El agua moja. ¿O es que alguien puede negar que el agua moja? ¡Pues si el agua moja es que moja, y eso no se puede discutir!". Y lo dice tan enfadado que da un poco de risa, como los niños pequeños cuando piden agua con mucho remango: "¡Tero aba!". (Tampoco nos excedamos en la crítica: quién sabe si algún día será poderoso y querrá vengarse.)
De manera que estamos en puertas de la tercera mayoría absoluta socialista, con permiso de Julio Anguita, que acusa a González de ser andaluz. "Hay que reconocer que es andaluz y brillante, domina muy bien el papel, la representación, la construcción europea, etcétera, pero el pueblo no olvida la OTAN". Es indiscutible la capacidad de Anguita para relacionar conceptos aparentemente dispares como pueblo y etcétera. Esa frase correspondía a una especie de premonición que tuvo Anguita antes de las europeas que ganó el PSOE por goleada porque el pueblo olvidó la OTAN, la huelga general del 14-D, el lío de las conversaciones de Argel con ETA y hasta el Mystere de Alfonso Guerra. ¿Qué tiene que pasar para que el PSOE pierda las elecciones?, se preguntan a derecha e izquierda. ¿Que El Dioni se confiese socialista? Oye, a lo mejor es que el Gobierno ha hecho algo bien, quién sabe. Fíjense en Narcís Serra: en siete años ha pasado de tener un Ejército que daba golpes, a éste al que la población civil ataca a golpe de piedra porque le estropea el sembrao de poleo menta. Eso dijo el lugareño: que le fastidiaba el sembrao. Por cierto, las próximas serán las últimas elecciones sin televisión privada. José Barrionuevo ya tiene listas las tres concesiones y las aprobará la semana que viene. Amén. (A ver si de una vez, y gracias a la sana competencia, mejora la calidad).
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