El 'caso Couso'

Como estudiante de Periodismo y, sobre todo, como ser humano, quiero mostrar la indignación que me han provocado las palabras de la ministra de Exteriores de... ¿España? (ya no recuerdo muy bien si representa a nuestro país o no) respecto al informe de EE UU en el que se investiga las muertes de los cámaras José Couso y Taras Protsyuk en Bagdad. Asegura la ministra que "es un dato objetivo" el hecho de que los soldados norteamericanos actuaran en defensa propia. ¿Cómo dice?

El Gobierno de Bush todavía no ha conseguido probar esa "defensa propia" en la que escuda la actuación de sus soldados; más bien todo lo contrario: desde el comienzo ha venido ofreciendo distintas versiones de lo ocurrido aquella mañana. Frente a esto, la otra versión: la de todos los periodistas que se encontraban en el lugar y que, por tanto, sí que vieron lo que pasó, y lo han venido repitiendo hasta la saciedad: nadie estaba disparando contra los militares norteamericanos. ¿Y ahora sale Palacio con que el informe de EE UU es objetivo? Es increíble.

Pero no es lo que dice Ana Palacio lo que más me enfurece. ¡Es lo que calla! Y yo le pregunto a la ministra: ¿por qué no se rinde a la evidencia? ¿Por qué no se quita de una puñetera vez el bozal que Aznar, Bush o el caradura de turno le ha impuesto (quizás usted misma) y deja de ofrecer este espectáculo tan lamentable? No nos tome el pelo, por favor, no se cachondee de la familia de Couso ni de las víctimas de las guerras. Decir no a la guerra implica gritar sí a la verdad y a la vida, es decir, denunciar los crímenes de guerra cuando éstos se produzcan. Así que quítese ese bozal y, si tiene lo que hay que tener, grítelo.