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TRAS LOS INCENDIOS, TORMENTAS

La larga ola de calor y los incendios forestales alentaron la formación de la turbonada

El fenómeno, muy poco frecuente, origina vientos huracanados y una caída de la temperatura

Miquel Noguer

La turbonada es un fenómeno atmosférico tormentoso, virulento, espectacular y poco frecuente en nuestras latitudes. Los meteorólogos reconocen las turbonadas por la oscuridad de las nubes que la preceden y por la forma como se acercan hasta el espectador: rodando como un amasador o un rodillo. Cuando llega, el viento puede cambiar totalmente de sentido con velocidades superiores a 100 kilómetros por hora, como ocurrió ayer en el sur de Osona, y produciendo un rugido muy fuerte.

Los aguaceros suelen ir asociados a este fenómeno y, aunque son muy intensos, no duran más de 10 minutos. Sin embargo, este tiempo es suficiente para que la temperatura ambiente baje hasta 15 grados.

El meteorólogo de la estación del Montseny, Miquel Meseguer, explica que las turbonadas son un fenómeno similar a un tornado, "pero en lugar de un embudo vertical que gira sobre sí mismo, aparece una zona de grandes turbulencias a ras del suelo y con un eje horizontal". "El aire frío de las capas superiores de la atmósfera se desploma y con él también baja bruscamente la presión para recuperarse justo después".

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"Es un combinado de fenómenos muy brusco, como si uno tira un chorro de agua fría en una sartén con aceite hirviendo".

En el Turó de l'Home, casi en la cima del Montseny, las turbonadas sí son un fenómeno relativamente frecuente por la cercanía del mar y su gran altitud: 1.712 metros. "El año pasado registramos dos, con vientos superiores a 95 kilómetros por hora", recuerda Meseguer.

¿Tienen las turbonadas algo que ver con la temida gota fría? ¿La elevada temperatura del agua del mar influyó en el fenómeno de ayer? ¿Y los incendios de la semana pasada? En opinión del meteorólogo del Montseny, "todo influye en este tipo de fenómenos", incluidos los grandes incendios registrados en los últimos días. De hecho, la zona más afectada por la turbonada de ayer se encuentra a menos de 10 kilómetros en línea recta de la zona calcinada por los focos de Sant Llorenç Savall y Granera, que quemaron casi 5.000 hectáreas durante cinco días. "Los incendios calientan de forma espectacular la atmósfera, y el calor acumulado durante toda esta semana era enorme", afirma Meseguer. Sin embargo, el meteorólogo explica que no puede buscarse en los incendios de esta semana la causa principal de la turbonada.

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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