Una investigación provechosa

La inversión directa extranjera ha sido un determinante clave del desarrollo económico español, generador de nuevas producciones y empleos y fuente principal de nuestro acervo tecnológico. Pero en la década de 1990, la posición española en este tipo de flujos de capital a largo plazo experimentó un cambio fundamental, pasando nuestro país de ser un receptor neto de inversiones a un emisor neto, hasta convertirse en un país acreedor del resto del mundo, en lugar de deudor.

Es obvio que en momentos de cambio en un asunto de tanta trascendencia resulta más necesario que nunca un adecuado registro contable de las operaciones. Pues bien, los dos registros oficiales de que se dispone, la Balanza de Pagos y el Registro de Inversiones Extranjeras del Ministerio de Economía, han venido ofreciendo en los últimos años una información que refleja con poca exactitud lo que está ocurriendo, tanto por los sistemas de presentación de la información (inversiones brutas que no son tales) como debido al efecto provocado por la extensión de las entidades tenedoras de valores extranjeros (ETVE), cuya actividad principal consiste en el reenvío de flujos de inversión procedentes de sus países de origen a otros países de destino final, y que se ubican en el territorio nacional por razones fiscales. Sus operaciones se registran al mismo tiempo como inversiones recibidas en España y emitidas desde España, de forma que las cifras totales de unas y otras se inflan artificialmente, llegando este fenómeno a alcanzar en algunos años una dimensión equivalente al 40% del total de los flujos brutos recibidos.

Pues bien, todo esto lo sabemos gracias a las investigaciones realizadas por el profesor Carlos Manuel Fernández-Otheo, de las que se da cuenta cumplidamente en el libro que aquí se reseña. También conocemos mejor después de leer su trabajo otras muchas cuestiones de gran interés; entre ellas, que el registro del Ministerio de Economía, que se ha perfeccionado mucho en los últimos años, transformándose en una fuente estadística insustituible, no sólo permite estimar series de inversión libres del efecto de las ETVE, sino también conocer, en algunos casos, las desinversiones que se han producido en cada actividad económica, tras las que a menudo se esconden fenómenos de deslocalización de la producción, desde España hacia otras economías industriales emergentes. A través del cómputo de éstas, hoy sabemos que la industria española ha dejado de recibir inversión extranjera en términos netos desde 1995, pues las desinversiones han compensado a las inversiones desde entonces, lo que debe de haber contribuido al lento avance de la productividad característico de los años más recientes. Han sido sobre todo los sectores más avanzados tecnológicamente, dependientes en un alto grado del capital extranjero, los más afectados por este cambio en el patrón de la inversión extranjera dirigida a las manufacturas.

La importancia de la investigación que reseñamos, que inaugura la colección Los papeles de la

Ortega, es tal que, como resultado de ella, el Ministerio de Economía está comenzando a publicar series de inversión bruta efectiva. Pocas investigaciones universitarias en economía han tenido efectos tan claros y de forma tan rápida en las prácticas de la Administración pública.