El obispo de Bilbao reclama que ETA "no reciba ninguna colaboración" por parte de la sociedad

El obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez, manifestó ayer que es una exigencia de la sociedad que "ETA no reciba ninguna colaboración". En la homilía pronunciada con motivo de la festividad de la Virgen de Begoña, patrona de Vizcaya, Blázquez reiteró anteriores pronunciamientos de solidaridad a las personas que sufren la amenaza de la organización terrorista y reclamó su disolución. "Hasta que no desaparezca esta sombra maléfica y terrible no veremos nuestro horizonte con claridad y confianza", señaló el obispo bilbaíno en su alocución.

A sus condenas precedentes de la violencia de ETA y de sus consecuenencias, el titular de la Diócesis de Bilbao añadió ayer un nuevo matiz, al demandar a los ciudadanos que no se le preste ningún apoyo a la organización terrorista. "Nuestra sociedad exige que ETA no reciba ninguna colaboración. Los terroristas tienen que enfrentarse solos a su responsabilidad ante la sociedad y también ante su propia conciencia", señaló Ricardo Blázquez en la homilía de la misa celebrada en la Basílica de Begoña.

El obispo abogó por una paz "genuina y duradera", asentada sobre la verdad, la justicia, la solidaridad y la libertad. "Una paz sin engaños, una paz en la que se respetan los derechos de todos", precisó. El pasado 25 de julio, en otra homilía con motivo de la festividad de Santiago, Blázquez puso especial énfasis en advertir del riesgo de fractura social que existe en el País Vasco debido a la crispación del debate político. Ayer lamentó la insensibilidad y la falta de compasión de quienes "matan y planifican el asesinato" y subrayó la necesidad vital de la sociedad vasca de que "desaparezca la organización terrorista ETA, que desde hace tantos años es fuentes de incontables sufrimientos". "Mientras haya personas que no puedan moverse con libertad y sin miedo, padece un déficit preocupante nuestra sociedad", añadió.

Al término de la celebración religiosa, el alcalde de Bilbao bailó el tradicional aurresku y se cantó el Gernikako Arbola ante el retoño del roble de Gernika plantado tras la basílica, que el pasado jueves sufrió una agresión que el alcalde atribuyó a personas de extrema derecha.