Un plan pensado para explosiones nucleares

Si el plan blanco, pensado para casos de catástrofe natural, explosión nuclear o alarma bacteriológica, permite movilizar recursos suplementarios -hospitales militares, transportes excepcionales, locales, personal en vacaciones- no son las mil camas suplementarias obtenidas en la capital o el 20% de personal médico añadido los factores decisivos a la hora de resolver los problemas.

El termómetro, que en el norte ya ha descendido 10 grados en sólo un día, va a facilitar ahora la tarea del Gobierno. El propio Pelloux reconocía que "los ingresos por golpe de calor están en neto retroceso". Si los ecologistas han pedido la dimisión de Jean-François Mattei, titular de la cartera de Sanidad, los socialistas han preferido "pedir una comisión de encuesta parlamentaria", convencidos de poder ir más allá en el análisis de "la descoordinación y errores de análisis que se han dado en diversos escalafones de la Administración sanitaria". "Nuestro país afronta una catástrofe sanitaria", dijo el primer secretario del Partido Socialista, François Hollande.

La reacción tardía del Gobierno aún parece más culpable debido a que la mayoría de ministros parecieron poco dispuestos a abandonar sus residencias veraniegas, mientras que otros como la ministra de Medio Ambiente, Roselyne Bachelot, sólo intervinieron para dar consejos sobre ahorro de energía recomendando "aparcar el coche a la sombra".

"¿Miles de muertos sin reproches?", señalaba ayer en su portada el diario de izquierdas Liberation, mientras el conservador Le Figaro decía en su editorial: "El jefe de Gobierno ha intentado corregir la impresión, justificada o no, de que sus ministros habían reaccionado con retraso".