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Reportaje:

El vuelo firme de los últimos eslabones

Los buitres leonados reconquistan los espacios que ocuparon hasta finales del siglo XIX

María Fabra

La de los setenta fue una década mala. El veneno hizo estragos en el aire. Cuando todo parecía dispuesto a mejorar, el cambio de siglo trajo algo peor: la hambruna. Hoy, vuelven a reproducirse. Y, cada vez en mayor número, se han lanzado a la reconquista de espacios que habitaron hace centenares de años.

El último censo realizado por la Consejería de Territorio y Vivienda desvela que, en la provincia de Castellón, existe una población superior a los 380 ejemplares de buitre leonado. El caso del alimoche (aquel que Félix Rodríguez de la Fuente reflejaba como el rapaz blanco que rompía los huevos de avestruz a golpes de piedra) es todavía más optimista, pese a que el número sea mucho menor.

Los programas específicos están recuperando las aves necrófagas
En la provincia de Castellón existen más de 380 ejemplares, según el último censo

Las aves necrófagas (buitres y alimoches) sufrieron una enorme reducción en su presencia como nidificantes en la Comunidad Valenciana a finales del siglo XIX. Las peores cifras se dieron en los años setenta, cuando el control de los depredadores llevó a la utilización de grandes cantidades de veneno, que encontraba en el último eslabón de la cadena animal alimenticia, su también última e inevitable víctima. Según fuentes de la consejería, en aquella época, buitres y alimoches desaparecieron de las provincias de Alicante y Valencia, mientras que en Castellón permaneció una pequeña colonia de tres parejas de buitre leonado reproduciéndose en La Tinença de Benifassà.

La recuperación fue lenta y, en los noventa, se llevaron a cabo las primeras actuaciones oficiales para potenciar su reproducción. Pero llegaron las vacas locas, el cierre de comederos y el descenso del censo entre las parejas y, sobre todo, entre las crías.

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Sin embargo, los actuales, son buenos tiempos para las aves necrófagas. En especial, para los buitres leonados, después de que la Administración autonómica haya desarrollado un programa específico de recuperación de esta especie en Castellón, lo que ha producido un importante incremento en su población. En total, se han censado 191 parejas, distribuidas en más de 20 puntos de cría repartidos por el interior de la provincia, una cifra que representa un aumento de 30 parejas respecto al censo realizado el año anterior, es decir, un aumento del 20%. Además del número, el espacio ocupado es otro de los datos destacables, ya que se han encontrado ejemplares desde la Tinença de Benifassà hasta la comarca del Alto Mijares, un tramo que dista en, aproximadamente, cien kilómetros, lo que significa que las colonias van reconquistando sus espacios y acercándose a la provincia de Valencia. Tanto es así que, según el consejero responsable, Rafael Blasco, se muestra muy optimista: "Podemos asegurar que hemos recuperado el buitre leonado para la Comunidad". Según Blasco, junto al proyecto de reintroducción en las proximidades de la Font Roja, "en pocos años la especie volverá a reproducirse en las tres provincias valencianas, situación que no se daba desde hace más de un siglo".

El buitre leonado es considerado una especie "rara" por el libro rojo de los vertebrados de España. Es un ave de gran tamaño y envergadura, excelente planeador, que puede alcanzar el metro, en el caso de los machos, y el 1,20 metros en las hembras. Pesan entre 7 y 11 kilos y se caracterizan por su dorso marrón claro o leonado, su pecho y partes inferiores marrones, algo rojizas y su cabeza y cuello sin plumas pero cubiertos de un plumón blanco que lo identifica. Además del buitre leonado, la consejería lleva a cabo un programa de recuperación de otra especie necrófila, el alimoche. Un animal que se extinguió, totalmente, en los años setenta y que, en el último año, ha sorprendido con la reproducción de ocho parejas. Éstas son especialmente "cuidadas" por los técnicos encargadas del centro de recuperación ya que la especie, al contrario del buitre leonado, está sufriendo un proceso de regresión generalizada en España.

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