Intención o descuido

En Olèrdola (Alt Penedès) todo apunta a que el incendio que entre ayer y el miércoles devastó unas 160 hectáreas de masa forestal fue intencionado. A alguien se le fue la mano, pero lo que no está tan claro es con qué grado de intencionalidad.

El alcalde de Olèrdola, Josep Tort, asegura que el hecho de que el incendio empezara justo a pie de carretera -la que une el núcleo urbano de Moja con la urbanización de Daltmar- abona esta tesis, aunque no se atreve a ir más allá. "No es más que una sospecha", puntualiza.

Cerca del lugar donde se originaron las llamas transcurre una línea eléctrica que no parece haber sido la causa del incendio, ya que el punto exacto donde empezó se encuentra ligeramente apartado de ella. Técnicos de Fecsa-Endesa estaban ayer reparando la línea, que quedó inutilizada por el incendio.

Por su parte, el vicepresidente de la federación que une las asociaciones de defensa forestal del Alt Penedès, Baix Penedès y el Garraf, Francesc Soler, está convencido de que el origen del incendio fue intencionado. En este caso, no cree en el clásico de la colilla lanzada desde la ventanilla de un coche. A su juicio, "el lugar donde empezó el fuego es una zona conflictiva", donde los conatos de incendios son frecuentes. Soler admite que si el autor del incendio no es pillando en flagrante es muy difícil demostrar que las llamas prendieron deliberadamente. En lo que va de año ya se han contabilizado seis salidas para sofocar conatos sin importancia en la misma zona donde el miércoles empezó el fuego.

Aunque ayer por la mañana ya se daba por controlado y prácticamente extinguido el incendio en Olèrdola, a mediodía las llamas se reavivaron en una zona cercana al castillo de la localidad. Las 160 hectáreas quemadas suponen el 30% del plan de espacios de interés natural (PEIN) que integran los municipios de Canyelles (Garraf) y Olèrdola.