El fiscal investiga si hubo sobornos en la crisis de Marbella

El alcalde de Marbella, Julián Muñoz, y su antecesor en el cargo, Jesús Gil, se retractaron ayer ante la fiscalía de Málaga de las acusaciones mutuas de corrupción que se lanzaron el pasado sábado en un programa de Tele 5. "Uno no puede ser nunca un suicida, y un gilipollas, tampoco", alegó gráficamente Gil tras el interrogatorio. El fiscal no se da por vencido y ha decidido investigar si hubo un delito de cohecho en la gestación de la moción de censura que se votará el próximo día 13 en el Ayuntamiento malagueño.

El fiscal de Málaga se propone llamar a declarar en los próximos días, una vez que se debata la moción, a algunos de los concejales que suscribieron la censura contra el actual alcalde. Entre ellos se encuentra la ex portavoz socialista Isabel García Marcos, quien declaró públicamente que Muñoz le ofreció "todo lo que quisiera" para que no siguiera adelante con la iniciativa.

Ayer, ante el fiscal, Muñoz negó esta versión y aseguró que la edil, expulsada del PSOE por actuar de espaldas a su partido, le desmintió que tuviera intención de suscribir la censura, junto a ocho de los 15 concejales de su propio grupo político, el GIL.

Julián Muñoz y Jesús Gil coincidieron en atribuir a un "calentón", fruto del "estado emocional" en el que se encontraban, las acusaciones que se lanzaron en televisión, según explicó el teniente fiscal de la Audiencia Provincial de Málaga, Antonio Morales, quien renunció a someterlos a un careo al no apreciar contradicciones entre ambos.

Gil y Muñoz, que prestaron declaración como imputados y estuvieron acompañados de sus abogados, negaron tener pruebas de que su oponente se hubiera enriquecido con la gestión municipal. Aseguraron que sólo se hicieron eco de rumores cuando se acusaron de corrupción en la política urbanística desarrollada en Marbella.