Los túneles del AVE a través de Guadarrama han sufrido tres siniestros graves en siete meses
Los contratistas han implantado tres turnos de trabajo para acelerar el ritmo de las obras
Los túneles de Guadarrama, considerados la obra de ingeniería civil más importante de Europa, han registrado tres accidentes en lo que va de año. En el primero de ellos fallecieron dos operarios por el derrumbe de unas tolvas que contenían escombros en la boca sur, cerca de Miraflores de la Sierra (Madrid). El pasado 6 de junio se produjo un boquete en la montaña cerca de Balsaín (Segovia) al atravesar un valle una de las tuneladoras. Las obras se suspendieron durante una semana. Del incendio de ayer salieron ilesos los 34 trabajadores atrapados. En lo que va de año han muerto cinco operarios en líneas del AVE.
En pocas ocasiones la ingeniería civil ha puesto en marcha cuatro tuneladoras para horadar simultáneamente un macizo granítico mediante dos túneles paralelos de casi 28 kilómetros de longitud, como son los túneles de Guadarrama para el tren de alta velocidad entre Madrid y Valladolid.
El montaje de las tuneladoras llevó dos meses de trabajos a finales del año pasado. Al poco de iniciarse las obras, dos operarios fallecieron atrapados al derrumbarse la cadena de tolvas, con los escombros dispuestos para ser descargados en los trenes que les depositan en vertederos. El accidente ocurrió el pasado 20 de enero en la vertiente sur del túnel.
A comienzos del pasado mes de junio, una de las tuneladoras de la boca norte se vio forzada a parar. En su avance a través de un valle del Guadarrama provocó una chimenea, con el consiguiente desprendimiento de tierras. El boquete alcanzó 10 metros de diámetro y 17 de profundidad. Según uno de los ingenieros que ha participado en el proyecto constructivo de los túneles, ya se veía venir el percance, dada la composición del terreno y sus fallas. Por eso no hubo víctimas, pero se vieron forzados a suspender el avance de la tuneladora durante una semana para dar tiempo a la retirada de los escombros.
16 metros diarios
Cada tuneladora avanza a un ritmo diario de 16 metros. Este promedio es teórico, porque según Pedro Ayer Fernández, secretario regional de Transportes de UGT en Castilla y León, las obras no avanzan con la cadencia prevista. En una visita realizada hace un mes a la zona del túnel donde ayer ocurrió el incendio para contactar con los compañeros de obra, constataron que se habían implantado tres turnos de trabajo con el fin de "recuperar el tiempo perdido".
Según el sindicalista, ni el propio GIF (Gestor de Infraestructuras Ferroviarias), entidad pública adjudicataria de las obras, conoce el número de trabajadores que intervienen en los tajos. Al comienzo de los trabajos se manejó la cifra de 600 trabajadores diarios. Ahora podrían ser muchos más, si se tienen en cuenta las contratas y los empleos inducidos.
El caso es que en una obra de la envergadura de Guadarrama que debe estar terminada en 2005, el riesgo de accidentes es el máximo. Pero no es aquí donde más accidentes laborales están registrando las nuevas líneas ferroviarias. Según una comunicación escrita del Gobierno al Congreso en los cuatro primeros meses del año se han producido 277 accidentes laborales; cuatro de ellos mortales. Además de los dos mencionados, un operario de origen guineano falleció el 27 de marzo en la línea Córdoba-Málaga al recibir un golpe en la cabeza cuando trabajaba con ferralla. El cuarto fallecido fue un joven de 20 al que le cayó una marquesina en la estación de Lleida el pasado seis de mayo.
La línea Madrid-Lleida-Barcelona es, por el momento, la que encabeza la siniestralidad. En ella han dejado su vida cinco operarios y en lo que va de año se han registrado 130 incidentes.
En cuanto al accidente de ayer, fuentes sindicales sostienen que las máquinas transportadoras de los escombros ( como la que se incendió) se han subcontratado a una firma inglesa, que a su vez las habría subcontratado en países de Europa del Este. Se trata de vehículos tractores de ancho europeo y unos 1.200 caballos de potencia que suelen utilizarse en tareas de maniobras en las redes europeas y su estado " no suele ser muy bueno", según las mismas fuentes.
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