Más de 650 familias confían el cuidado de sus mayores a residencias ofertadas por las diputaciones

Algo más de 650 familias vascas confían este verano durante unos días el cuidado de sus mayores a residencias de ancianos, gracias al programa de estancias temporales que ofertan las tres diputaciones. Este servicio funciona a lo largo de todo el año, pero es durante la época estival cuando registra más peticiones, pues es el momento en que la mayoría de los cuidadores se toman unas vacaciones.

El 30% de los ancianos reside con su familia, según apunta el presidente de la Asociación Vasca de Geriatría y Gerontología, Juan José Calvo. Buena parte de ellos padece un deterioro físico importante o sufre algún tipo de demencia senil, por lo que su cuidado se convierte en una labor que llega a desbordar a sus allegados.

"Estas familias se encuentran muchas veces saturadas y presentan los síntomas del estrés del cuidador, como depresión, ansiedad e incluso enfermedades físicas", explica Mirian Barandiaran, neuropsi-cóloga de la residencia de ancianos Zorroaga de San Sebastián.

El programa de estancias temporales se presenta, pues, para estas familias como un apoyo que les permite darse un necesario respiro durante unos días, "recargar las pilas y volver al día a día, que es muy duro, con un poco de energía", apunta Barandiaran. Y es que "si el cuidador no se cuida, difícilmente va a poder cuidar".

De ello puede dar fe la donostiarra Margari Vaqueriza. Es hija única y está al cargo de su madre, una anciana de 89 años que padece Alzheimer desde hace una década. Su marido y ella estuvieron siete años sin apenas poder salir. La familia no lograba descansar por los trastornos del sueño de la abuela."Estuve psicológicamente fatal, llegó un momento en que no hacía más que llorar", confiesa Vaqueriza. Todo eso dio un giro hace tres años. La anciana acude desde entonces cada mañana a un centro de día, del que regresa a casa por la tarde. Y cuando llega el verano, su hija y su yerno se permiten tomarse unos días de vacaciones con la tranquilidad de que la mujer está perfectamente atendida día y noche en la residencia durante ese periodo.

"Me ha cambiado la vida con ambos servicios", afirma Vaqueriza, aunque reconoce que en verano le resulta "un poco duro" estar varios días sin ver a su madre, pese a que conoce su situación a través de los responsables de la residencia.

La madre de Margari Vaqueriza es una de las 279 personas mayores de Guipúzcoa que pasará este verano unos días en una residencia. Un total de 85 ancianos ya hicieron uso del servicio de estancias temporales en julio y otros 152 lo harán en agosto, mes que ha colgado el cartel de completo. Para septiembre hay reservadas 42 plazas. El tiempo de residencia oscila de 15 a 30 días y el precio por día se encuenra entre 14 y 22 euros, dependiendo de los ingresos del mayor. Las solicitudes deben formalizarse en los servicios sociales de base de los ayuntamientos.

En Álava, serán al menos 218 los ancianos que vivan unos días en una residencia: 43 lo han hecho ya durante julio, 154 ingresarán a lo largo de agosto y 21 tienen plaza para septiembre. El periodo de la estancia puede oscilar entre un mínimo de dos días y un máximo de un mes. El precio del servicio es de 13,79 euros al día. Las solicitudes, que han de realizarse en los consistorios o en la Diputación, siguen llegando y la institución foral, como en veranos anteriores, prevé satisfacer toda la demanda, pues, en principio, no tiene límite de plazas.

Vizcaya lleva atendidas 156 solicitudes, de las que 35 se convirtieron en ingresos en julio, 90 lo harán en agosto y 31 en septiembre. La estancia puede durar de 15 a 30 días. El coste para el anciano varía según sus ingresos. El número de plazas ofertadas depende de las vacantes que se produzcan y de la disponibilidad presupuestaria. Las peticiones deben presentarse con al menos un mes de antelación en los servicios sociales de base o en la Diputación.