El Papa y el emperador
Malos tiempos para los homosexuales. Guelfos y gibelinos, partidarios del Papa y partidarios del emperador ya están de acuerdo. Se acabaron las luchas entre ellos: Georges W. Bush, apoyado por la derecha religiosa en Washington, y Karol Wojtyla, apoyando al integrismo católico en Roma, van de la mano. El primero fomenta lo que al otro lado del Atlántico tienen por spiritual revival y el segundo aprovecha ese curioso resurgir espiritual para impulsar el ya conocido como "restauracionismo vaticano" que haga olvidar por aquí el espíritu ilustrado. Cuando se trata de la homosexualidad, el emperador y el Papa vienen a decir lo mismo y la condenan.
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