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CRISIS EN EL AYUNTAMIENTO DE MARBELLA

Los promotores de la censura alegan que "ya no hay GIL"

Isabel García Marcos y Carlos Fernández apelan a la "gobernabilidad" de Marbella

Isabel García Marcos (ex PSOE) y Carlos Fernádez (PA) se mostraron ayer dispuestos a aceptar otras fórmulas para la gobernabilidad de Marbella diferentes a la moción de censura que han firmado con concejales del GIL e instaron a las direcciones de PSOE, PA y PP a poner sobre la mesa esas alternativas. Ambos apelaron a la gobernabilidad de la ciudad y alegaron que, gracias al pacto -el más transparente desde la transición, según la ex socialista-, "ya no hay GIL".

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La concejal expulsada del PSOE y el portavoz andalucista comparecieron ayer en una conferencia de prensa conjunta para defender la idoneidad de la moción de censura y dijeron que había llegado la hora de "hablar en serio" después de dos días en los que aseguraron haber recibido todo tipo de "calumnias, injurias, amenazas y coacciones". Ninguno de los dos está dispuesto a dar marcha atrás e insistieron en que el acuerdo alcanzado con los ocho ediles más próximos a Jesús Gil no persigue otro objetivo que la gobernabilidad de la ciudad tras la ruptura interna del Grupo Independiente Liberal (GIL).

"Hay que ser un poco generosos. Esto es algo que va a hacer historia, ya no hay GIL y dos fuerzas democráticas van a entrar en el gobierno de Marbella después de 12 años para regenerarla, sacar la ciudad de su aislamiento y tender puentes con otras administraciones para que se hagan las cosas que necesita", dijo Fernández.

El edil andalucista invitó a las direcciones regionales y nacionales de todos los partidos democráticos a realizar ese análisis y a proponer otras fórmulas viables para que Marbella puede tener un gobierno municipal operativo. "Lo pedimos encarecidamente", espetó, "los partidos tienen la obligación y el deber de dar soluciones y si no ven con buenos ojos la moción de censura, aún tienen tiempo para aportar otras fórmulas. Estamos abiertos a cualquier tipo de diálogo para el gobierno de la ciudad, pero aritméticamente es imposible formarlo si no se cuenta con los ediles que fueron del GIL, por fuerza tenemos que contar con ellos".

Los mismos argumentos usó García Marcos, quien rememoró el "desastre" que fue Marbella con el último gobierno socialista (1987-91), en el que un grupo de siete concejales gobernaba en minoría una corporación de 25 y en el que "todos pusieron sus intereses partidistas por encima de la ciudad". "Aquello nos trajo a Gil", añadió. Ahora, dijo García Marcos, no debe pasar lo mismo, por lo que lanzó un envite a los partidos políticos democráticos: "No es ni decente ni coherente lavarse las manos".

Los dos concejales intentaron además despejar dudas sobre los motivos de su alianza con una facción del GIL y enumeraron una serie de condiciones que aseguran pusieron para cerrar el acuerdo: La disolución del GIL, la desaparición de la vida política de su presidente, cambios urgentes en la política urbanística y en la estructura de los medios de comunicación locales y el nombramiento de un alcalde consensuado por los tres grupos firmantes. Sin embargo, ninguna de esas condiciones aparece en el texto del acuerdo firmado la madrugada del pasado viernes ante un notario de Estepona y que, denominado Pacto por la gobernabilidad y la normalidad democrática del Ayuntamiento de Marbella, sólo contiene la representación de los grupos en los órganos municipales y el reparto de las áreas de gestión en el futuro gobierno.

Dijeron también que el cese del gerente de Planeamientos 2000, Juan Antonio Roca, es una "cortina de humo inventada por Muñoz" para tratar de poner en evidencia a los firmantes del pacto y que "en realidad es un técnico que nunca ha tenido firma reconocida". Si ha tenido influencia es porque "los poderes ejecutivos lo han consentido", dijo García Marcos.

Isabel García Marcos y Carlos Fernández, tras la rueda de prensa.
Isabel García Marcos y Carlos Fernández, tras la rueda de prensa.JULIÁN ROJAS

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