La comisión sólo ha probado que Tamayo y Sáez no actuaron por motivos ideológicos
Tras 60 horas de preguntas, aún no se ha demostrado la existencia de trama inmobiliaria
Después de que los 16 diputados encargados de investigar si hubo trama urbanística tras la deserción de Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez se hayan empleado desde las diez de la mañana hasta las doce de la noche durante cinco jornadas, después de más de 54 horas de retransmisión en directo por Telemadrid de cientos de preguntas y respuestas, sólo una cosa ha quedado desmontada: hasta los diputados del PP admiten que el móvil principal de Tamayo y Sáez no fue su supuesta aversión a un Gobierno en coalición con los "comunistas". Ahora queda por dilucidar si la "trama urbanística" existió o no existió.
Beteta: "El no querer compartir Gobierno con IU sólo habrá pesado un 30% en Tamayo"
-Usted -inquirió a Eduardo Tamayo su antiguo compañero de filas, el portavoz socialista Modesto Nolla- habló de un pacto oscuro entre el PSOE e IU. Esperaba ansioso que enarbolara un documento para demostrarlo, ya que dijo a los medios de comunicación que lo tenía...
-No lo he traído hoy -contestó rápido Tamayo.
Dos minutos después, los ocho diputados del PP, los seis del PSOE y los dos de IU en la comisión supieron que Tamayo no había llevado el documento porque en realidad no lo tenía.
-Lo vi mucho antes del 10 de junio y si llego a saber lo que iba a pasar después, me hubiera hecho una fotocopia -respondió sin perder el mismo aplomo que desplegó durante la sesión.
El diputado socialista Modesto Nolla logró demostrar que ni Tamayo ni Sáez expresaron nunca su disconformidad con un pacto con Izquierda Unida en los órganos oficiales del PSOE. Cuando Tamayo hablaba de que si se gobernaba en coalición con Izquierda Unida temía que la educación se pusiera en manos de "los comunistas", sus palabras les sonaron tan poco convincentes a los diputados del PSOE e IU como a los del PP.
Hasta el pasado 10 de junio, en que Sáez y Tamayo dieron la espantada, a María Teresa Sáez era fácil verla al lado de Gaspar Llamazares y de los dirigentes del PSOE en las manifestaciones contra el decretazo, contra la guerra o contra la gestión del Prestige por parte del Gobierno, tal como muestra la foto de esta página. Y nunca dijo nada contra IU.
Ahora bien: ¿Pudo influirles a Tamayo y Sáez el hecho de que no se le diera a su grupo, el de los Renovadores por la Base, las cuotas de poder que ellos creían merecer?
Antonio Beteta, el portavoz del PP en la comisión, responde: "La idea de no querer compartir Gobierno con IU tal vez les haya influido sólo en un 30%. Lo más seguro es que sea el reparto interno de cuotas de poder lo que les haya influido en un 40 o 50% a Tamayo y Sáez. Y el otro 20% puede que se deba a los odios personales que hay dentro de la Federación Socialista Madrileña".
Odios internos, rencillas fratricidas, reparto del pastel... Las declaraciones de Tamayo, Sáez y, sobre todo, la de José Luis Balbás, el líder del grupo de Renovadores por la Base, dejaron en el aire de la Asamblea un tufo a rencores antiguos y deudas mal saldadas.
Beteta, el portavoz del PP en la comisión, le planteaba preguntas a Balbás que eran como toboganes por donde se deslizaba el ego de Balbás hablando de su decisivo papel en la designación de Zapatero como secretario general.
El portavoz de Izquierda Unida, Luis Suárez, llegó a preguntarle con sorna a Balbás qué papel jugó en la fundación del PSOE el 2 de mayo de 1879. Pero Balbás, espoleado por Beteta, seguía y seguía hablando de sus "amigos" Zapatero y José Blanco.
Para Beteta, el más hábil de todos los comparecientes hasta el momento ha sido Balbás. "Sólo declaró lo que ya tenía pensado declarar", señala Beteta. "Se refirió constantemente a lo que ya había sido publicado en dos libros sobre Zapatero. Y en cuanto nos acercamos al límite de lo publicado se detuvo. No avanzó ni un milímetro, pero tampoco retrocedió".
En efecto, Balbás no declaró nada que ya no hubiese dicho en entrevistas periodísticas con antelación. Pero esta vez, el medio televisivo se convirtió en la esencia del mensaje. "No es lo mismo una página de periódico que estar contando ahí, hora tras hora, cómo funcionaba el partido socialista. Balbás le hizo mucho daño a Zapatero", señala Beteta.
Cuando Balbás salió al pasillo en uno de los recesos le preguntó a los periodistas, y lo preguntaba en serio, sin amago de sonrisa: "He dejado bien a Zapatero, ¿no?".
Pero... ¿qué puede ganar Balbás con todo esto? ¿Qué gana una persona a la que le apasiona la política y que quedará para siempre fuera del PSOE?
"Yo creo que a Balbás, que es un gran calculador, un buen jugador de ajedrez, frío aunque su forma de hablar parece espontánea, se le han ido de las manos estos dos personajes", aduce Beteta.
Dado que la coartada ideológica de aversión a un Gobierno en coalición con los comunistas había sido desmontada por el PSOE, al Partido Popular le interesaba incidir sobre el hecho de que el grupo de los Renovadores por la Base al que pertenecían Balbás, Tamayo y Sáez, podían sentirse mal pagados en el reparto de poder.
"Si lo hubiesen pensado así", señala una diputada socialista, "no habría roto la baraja desde el primer momento. Tamayo lleva 20 años en el PSOE. Sabe de sobra que si pega una espantada como la que pegó ya cierra la puerta para siempre".
¿Y la tesis del "calentón"? ¿Existe la posibilidad de que Tamayo, harto de los "supuestos desaires y desplantes", le dijese a Sáez "Yo me voy, tú haz lo que quieras", tratando de dar sólo un "toque de atención" al partido, tal como declaró Sáez?
"Si hubiese sido un calentón", señala Nolla, "no habría reservado un hotel el día antes de la espantada con un salón para atender a la prensa".
¿Y la supuesta trama? ¿Se conseguirá demostrar que existe, si es que alguna vez ha existido?
"Para probar hechos hacen faltas testimonios y documentos. Y no se puede hacer un interrogatorio serio sin documentos", señala el propio Rafael Simancas, portavoz del PSOE en la Asamblea.
"Nadie canta si antes no se le rodea", explica Suárez, portavoz de IU. "Y para rodear a alguien hacen falta documentos. Pero el PP nos los ha negado todos".
Entonces... si la comisión no va a conseguir demostrar que hay trama inmobiliaria detrás de Tamayo y Sáez, ¿a quién le puede beneficiar la investigación? ¿Quién saldrá mejor parado? ¿El Gobierno o los partidos de izquierda?
Quedan dos semanas de comisión por delante y puede ser prematuro extraer conclusiones. El día en que declaró Balbás, por ejemplo, los diputados del PP se mostraban encantados. Y la jornada en que el PP interrogó a Ruth Porta, portavoz adjunta del PSOE en la Asamblea, los socialistas terminaron más que satisfechos a las doce de la noche. El PP había intentado llevarlo por un camino y ella había contestado por otro.
A partir de ahora, de la habilidad que muestren los diputados ante las cámaras de televisión dependerá en gran medida el resultado de un comisión donde todos asumen que no se podrá destapar ninguna trama inmobiliaria.
Lo que sí conocen los diputados es que las próximas elecciones de la Comunidad aguardan ahí, a la vuelta de la esquina, el jueves 23 de octubre, y que Telemadrid ha batido récords de audiencia por el interés que despierta la comisión.
La comparecencia más esperada
Todo el mes de agosto quedará marcado en Madrid por la comisión de investigación sobre la supuesta trama inmobiliaria.
El próximo martes, miércoles y jueves continuarán las comparecencias ante la comisión de investigación. Y el martes, miércoles y jueves de la semana siguiente, también.
Al final de todas las preguntas y respuestas, se producirá un debate entre los portavoces de los tres grupos para votar las conclusiones de la investigación. La votación la ganará el PP, que para eso cuenta con mayoría. Se elevarán entonces las conclusiones a un pleno de la Asamblea. Y, como muy tarde, el día 28 de agosto todos los diputados habrán votado las conclusiones de la comisión. Los madrileños quedarán emplazados para las elecciones autonómicas del próximo 23 de octubre.
Pero hasta entonces aún queda mucho por ver en la Asamblea.
El martes a las diez de la mañana se espera la comparecencia de José Esteban Verdes, el abogado y marido de la ex viceconsejera de Presidencia y concejal del PP en Madrid Paloma García Romero, cuya exposición previa, pidiendo que se retiren del acta de sesiones las preguntas que atenten contra su honor o intimidad, acaparó una de las cuotas más altas de audiencia ese día en Telemadrid.
En el minuto previo a la espantada, Eduardo Tamayo llamó a Verdes. Y en los siguientes minutos, Verdes llamó a Ricardo Romero de Tejada, secretario general del PP-Madrid y brazo político de Rodrigo Rato en la organización madrileña del PP. La de Romero de Tejada es la comparecencia más esperada. Se producirá el martes, después de la de Verdes. El PSOE quiere interrogarle en profundidad porque es el vínculo más directo que existe con los tránsfugas.
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