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La incertidumbre de América Latina

La depreciación de las divisas sigue mermando los beneficios de las grandes empresas españolas

Íñigo de Barrón

Para saber lo que se juega España en América Latina basta con repasar la posición de las principales empresas. Telefónica es el principal grupo de telecomunicaciones del área; Repsol YPF es el principal productor privado de petróleo y gas de la región; el Santander Central Hispano (SCH) y el Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA) controlan el 23% de los depósitos bancarios y más del 40% de los fondos de pensiones; Endesa es el líder multinacional del sector privado eléctrico, y Dragados es la principal concesionaria de infraestructura de transporte. No cabe duda que las grandes corporaciones españolas han unido su destino al de Latinoamérica, lo que explica la preocupación por la marcha de la región, que da muestras de mejoría, aunque no acaba de levantar el vuelo.

Además de los bancos, el resto de inversiones son empresas de servicios: teléfonos, agua, electricidad, autopistas, gasolina y gas. Los cambios políticos en dos países clave, Brasil y Argentina, con la llegada de los Gobiernos de Lula y Néstor Kirchner, han abierto muchas expectativas; aunque una de sus primeras medidas haya supuesto un replanteamiento de la tarifas. Chile, un país tradicionalmente moderado en estos aspectos, también está revisando las tasas. El asunto es especialmente espinoso por el hecho de que siempre son empresas españolas con las que negocian los Gobiernos, lo que añade demagogia a los argumentos económicos.

Algunos empresarios no ocultan su desasosiego por esta situación que se añade a la ya conocida década pérdida de América Latina (1990-2000). El viernes en Santander algunos responsables de esas empresas no dudaron, por ejemplo, en exigir mayor seguridad jurídica en Argentina y, por extensión, en la zona. Un día antes, sin embargo, Francisco Luzón, consejero director general para Latinoamérica del SCH, la apoyó abiertamente. Estas apreciaciones llegan después de las recientes declaraciones de Kirchner en Madrid, en las que acusó a los empresarios españoles de enriquecerse aprovechando sus fuertes inversiones. Kirchner anunció cambios y seriedad en el país, lo que aplauden todos.

Mientras se resuelve este tipo de cuestiones, que todavía no ha afectado a las cuentas, la región ha entrado en una senda positiva, pero sin una recuperación clara. Lo que nadie oculta es que la inversión extranjera ha crecido, los tipos de interés han bajado y el índice de riesgo-país ha dejado las zonas de emergencia en las que estuvo en 2002. Los Gobiernos parecen más estrictos en sus respuestas macroeconómicas, pero todavía las divisas no se han recuperado lo esperado, lo que castiga todas las cuentas de resultados. Las monedas latinoamericanas mantienen una depreciación media con el euro del 30% de junio de 2002 al mismo mes de este año.

Los bancos, que paralizaron todas sus inversiones en Argentina tras la crisis que azotó el país, esperan la recuperación para rentabilizar las inversiones realizadas. De hecho, fue el impacto de las filiales latinoamericanas las que mermaron sus resultados el año pasado y todavía marcan la evolución en el presente ejercicio.

El SCH cuenta con 3.974 oficinas, 11.779 cajeros automáticos y una base de clientes que supera los 12 millones individuales y medio millón de pequeñas y medianas empresas. Con todo esto, gestiona más de 100.000 millones de euros entre depósitos y fondos. La banca comercial del SCH en Iberoamérica tuvo un beneficio neto de 573,8 millones, un 13,3% menos que el primer semestre de 2002. Sin la caída de las monedas, el resultado habría dado una subida del 31,2%. Los analistas destacaron el menor ritmo de ingresos de Santander Banespa, su filial brasileña. El margen ordinario cayó un 11,35% hasta junio pasado comparado con el mismo periodo del año anterior, castigado por el descenso de tipos.

El BBVA, que ha mejorado la evolución del año pasado en el segundo trimestre de este año, se ha visto afectado por los tipos y las divisas latinoamericanas. Sin el efecto de éstas, el beneficio neto atribuido del grupo habría crecido un 22,4%, aunque los movimientos de las monedas han hecho que los resultados se reduzcan un 10%. El BBVA ganó 344 millones de euros en la mitad del ejercicio. Sólo la filial mexicana Bancomer, propiedad del banco español en un 40%, obtiene el 57% de las ganancias totales. Este banco ha obtenido 195 millones, un 7% menos, afectados por la caída de las divisas.

Telefónica, que tiene más clientes de telefonía fija y móvil en Latinoamérica que en España, ha reducido los ingresos hasta junio. Telefónica Latinoamérica, la empresa de líneas fijas, tuvo ingresos por valor de 2.958,7 millones de euros, un 25,5% menos que en junio de 2002 y el Ebitda (resultado antes de amortizaciones e impuestos) fue de 1.411,6 millones, un 26,8% menos. Eliminando el efecto del tipo de cambio, los ingresos hubieran crecido un 8% y el Ebitda un 7%, prácticamente los mismos incrementos registrados en marzo. Su filial Telefónica Móviles, que cuenta con 23,3 millones de clientes, aporta el 25% de los ingresos del grupo hasta junio pasado, si bien en el primer semestre cayó un 6,8% en el primer semestre. Si las divisas no se hubieran depreciado, los ingresos habrían crecido un 29%. El Ebitda, sin embargo, cae un 25,5%, que con tipos constantes mejora hasta un modesto 6,3%.

Repsol YPF tampoco echa las campanas al vuelo. Los resultados netos del segundo trimestre fueron peores que los del primero, tras obtener 493 millones frente a los 672 millones de enero-marzo. El Ebitda entre abril y junio fue de 1.502 millones que contrasta con los 1.689 millones del primer trimestre. Si a los petroleros no les ha ido bien, los eléctricos tampoco están contentos. La división de América Latina de Endesa, basada en Chile, Argentina y Colombia, sigue sin recuperarse por la debilidad de las monedas locales frente al euro. El resultado de explotación se ha situado en 579 millones de euros, un 18,2% menos. Esta caída ha provocado que sólo aporte cuatro millones al beneficio neto del grupo.

Una oficina del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria situada en la ciudad argentina de Buenos Aires.
Una oficina del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria situada en la ciudad argentina de Buenos Aires.ULY MARTÍN

Argentina, clave en 2003

Argentina ha pasado de ser el agujero negro de las inversiones españolas, en los dos últimos años, a la esperanza de recuperación para 2003. Los economistas afirman que liderará el crecimiento de Iberoamérica este ejercicio, con una expansión del 5% según CEPAL y hasta el 5,7% en opinión del BBVA. El Fondo Monetario Internacional ha concedido 1.050 millones de dólares, pero aún falta un acuerdo global para refinanciar los 13.000 millones que vencen entre septiembre y diciembre. Ahora le toca a Kirchner reestructurar la deuda externa, hacer una reforma tributaria, sanear la banca y normalizar los contratos de privatizaciones y concesiones. También tiene pendiente las demandas de Telefónica, Endesa y Aguas de Barcelona por incumplimiento de los contratos de concesión ante el Banco Mundial. La causa es la negativa del Ejecutivo argentino a otorgarles un aumento de tarifas que reclaman desde hace un año.

Si se endereza la situación, las empresas españolas recuperarán parte de las provisiones realizadas, como ya ha hecho el SCH. En el caso de Endesa, esta partida podría ascender a más de 200 millones, que engordarían los beneficios.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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