Inquietante
Aznar critica la telebasura; curioso, porque él es uno de los principales instigadores de una cultura ramplona al gusto de la derecha española más rancia. Aznar critica que la división de España está amenazada; curioso, porque él ha sido presidente del Gobierno durante los últimos siete años y nunca estando en la oposición se le oyó decir nada al respecto. Aznar critica que la izquierda solivianta los ánimos de los estudiantes, de los pescadores, los pacifistas, etcétera, y su Gobierno ha conseguido que a un ministro de Defensa le reciban entre pitidos los propios militares, lo cual es algo inédito en nuestro país desde el final de la transición. Aznar acusa a la oposición de inventarse la delincuencia y propone barrer las calles de una delincuencia que, ya nadie lo ignora porque todos la sufren, se ha disparado bajo su mandato.
Podría seguir así durante un buen rato, pero sería demasiado aburrido. Me basta con dejar aquí constancia de una idea que me persigue desde hace unas semanas y que ya habrán tenido seguramente muchos lectores: que el PP empieza a tener una peligrosa sensación de impunidad; se cree realmente invulnerable y parece convencido de que haga lo que haga no se le castigará. Sé que resulta inquietante, pero, a la vista de las últimas elecciones, ¿podrían tener razón? Un escalofrío me recorre...