Manos Unidas responde
Una carta de don Luis Gaviria Alonso, publicada el pasado 24 de julio en el EL PAÍS, lamenta que la ONG que presido utilice todavía el argumento de la guerra en Sierra Leona -terminada, afirma, con el Acuerdo de Lomé- "para obtener recursos económicos".
Quiero recordar que los anuncios de "Los niños de Sierra Leona no van al colegio, van a la guerra" no son de nuestra campaña publicitaria de este año. Como hacemos siempre, en los meses de enero y febrero enviamos a los medios de comunicación los anuncios correspondientes a nuestra campaña actual, con el ruego de que sustituyan a los anteriores, como así hacen, en efecto, casi todos.
Desearía resaltar que estos anuncios se publican siempre de manera gratuita y a iniciativa del medio, sin que nosotros tengamos el control de estas situaciones. En los pocos casos que conocemos, acabamos de realizar una gestión directa para que retiren el anuncio, cosa que nos aseguran harán.
No me parece de recibo, por lo tanto, cualquier duda sobre la falta de ética de la institución que dirijo, por una decisión de publicación que no es nuestra y que procuramos evitar. Como le resultará fácil de comprender al señor Gaviria, Manos Unidas agradece la acogida que encuentra en los medios, pero tiene interés, a la vez, en que se publiquen sus anuncios más actuales y más ajustados a la realidad.
Por lo demás, nos alegramos de la mejora de la situación en Sierra Leona. Para nosotros ha sido una gran satisfacción observar que durante el trienio 2001-2003 -que estamos dedicando a la consecución de la paz-, hayan llegado a su fin, o se hayan paliado, algunos de los conflictos más crueles que han tenido lugar en los últimos años en África, como los de Sierra Leona, Angola y, más recientemente, Costa de Marfil. De este deseo nuestro son buena muestra los 43 años que llevamos financiando proyectos de desarrollo para las personas más desfavorecidas de los países citados y en otros. Buscar la vida digna de estas personas es nuestra modesta, pero evidente, contribución a la paz.
