Respuesta

No conozco al señor Blázquez Gómez (don Rafael). Tampoco sé si es vecino de Hoyo de Manzanares, si es un veraneante más o si tan siquiera conoce este municipio, pero su carta, publicada en EL PAÍS el pasado 17 de julio como respuesta a mi denuncia del delirante pleno de investidura que tuvo lugar el 4 de julio en este pueblo -y que concluyó con la elección como alcalde del candidato del PSOE gracias al apoyo de Rafael Ferrer, concejal tránsfuga de la agrupación electoral Hoyo Somos Todos (HST)-, no aporta ni un solo argumento que desmienta mis afirmaciones, ni contradice de ningún modo los hechos que he denunciado. En su lugar, recurre a la infantil técnica del "y tú más" -también conocida como la del "calamar", o del "ventilador"-, carga contra el mensajero, y escribe una carta -verdadera antología del despropósito, la mentira, la ignorancia y la calumnia- que me veo en la obligación de responder.

Señor Blázquez: lo que con su absoluta ignorancia-o maldad- tilda usted de transfuguismo no fue sino un acto de coherencia y respeto a la ley y a los compromisos que, como concejal, había adquirido con mis vecinos.

O sea, miente usted cuando alude a irregularidades o a mi "transfuguismo" en el pleno del 3 de julio de 1999. Allí hubo una sola votación y un resultado inequívoco. Se constituyó el Ayuntamiento con respeto escrupuloso a la ley, y fue proclamado alcalde José Luis Gervás -candidato de HST- con ocho votos a favor -incluido el mío- y cinco en contra: los del PP.

A pesar de que fui de los ganadores en las elecciones municipales, no acepté la oferta de mi grupo para ser concejal de Urbanismo (a cambio de mi silencio en los trágalas urbanísticos, componendas políticas y robos masivos de suelo público en La Berzosa), por lo que -voluntariamente- inmediatamente después de la constitución del Ayuntamiento decidí abandonar HST e integrarme en el grupo mixto.

Sin embargo, dice que he estado en el grupo mixto cuatro años. En Hoyo de Manzanares, cortijo municipal sin precedentes en la zona noroeste de la Comunidad de Madrid, no existe el grupo mixto. El gobierno municipal (HST, PSOE, IU), vulnerando la Ley y la Constitución, se ha encargado durante cuatro años de impedirlo. Y cuando ya ha finalizado la legislatura, el Tribunal Supremo todavía no ha dictado sentencia.

Lamentablemente, los hechos han vuelto a demostrar que en este cortijo serrano todo vale. Al parecer, aquí no rige el artículo 14 de la Constitución. Aquí no hay tramas, querellas, ni comisiones de investigación. Aquí no actúan TSJ, Villarejos ni Cardenales. Aquí no hay beneficiados, intereses urbanísticos, ni maletines. Aquí nadie exige que el tránsfuga Ferrer devuelva su acta de concejal. Y si, como parece, aquí el PP no tiene reparos en gobernar con el voto de un tránsfuga, tampoco se repetirán las elecciones.