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Una reactivación con problemas

La economía española debería operar con tipos de más del 5% para corregir sus desequilibrios

Jesús Mota

Muchos pronósticos coinciden en fechar la recuperación de las economías estadounidense y europea en el año 2004, debido al entorno de bajos tipos de interés y petróleo [relativamente] barato. Pero los análisis en detalle indican que la economía estadounidense tendrá dificultades de 'despegue' debido a sus déficit estructurales.

La economía decisiva en Europa, la alemana, difícilmente alcanzará un crecimiento del 1% el año próximo

Entre los economistas, analistas de inversión, empresarios y políticos se ha establecido firmemente la idea de que la recuperación económica mundial se producirá en el ejercicio 2004. Con más exactitud, la economía estadounidense empezará a despegar a partir del primer trimestre del año y las economías europeas se beneficiarán de los descensos de los tipos de interés y de la moderación del precio del petróleo, aunque la evolución del crudo no parece confirmar por el momento las expectativas de abaratamiento. En resumen, el reducido coste del dinero, que ya lleva beneficiando a las familias y las empresas europeas y estadounidenses durante meses, y el coste reducido de la energía deberían ser causas de una reactivación que ya no puede demorarse mucho.

En esta hipótesis, el precio del crudo resulta el elemento decisivo para determinar si la recuperación económica será duradera. Si el coste del barril no desciende con claridad en los próximos meses, el crecimiento económico sostenido en Estados Unidos resultará seriamente comprometido. Podría producirse una recaída en la actividad y en la inversión que impediría una reactivación clara, de la misma calidad que la registrada en la década de los noventa.

Pero no todos los economistas opinan de esa manera. Algunos consideran que la traslación de los efectos beneficiosos será difícil en algunos casos. Por ejemplo, en Estados Unidos hay un problema serio de ahorro que se manifiesta en forma de déficit exterior. Los déficit gemelos de la economía estadounidense dificultarán probablemente el desrrollo de la inversión. Eso significa, de acuerdo con esta interpretación, que no cabe esperar una reactivación económica clara en los próximos meses, ni siquiera en el año 2004. Ahora bien, en esta tesis sí cabe el mantenimiento de crecimientos económicos mediocres en relación con los registrados en otros ciclos expansivos.

La economía del 2

Así que frente a la hipótesis de una reactivación clara, condicionada eso sí por el descenso del precio del petróleo, la visión más pesimista sólo acepta que continuarán las tasas actuales de crecimiento y que la situación actual de la economía estadounidense tiene fuertes restricciones de inversión que hacen imposible que se liberen las capacidades productivas.

En Europa, la elaboración de predicciones es difícil. Las expectativas para Alemania -el país que determinará el rumbo de la economía de la zona- apuntan a que en el año 2004 habrá una modesta recuperación, que quizá alcance un crecimiento del 1% del PIB. En resumen, que para el próximo ejercicio no es probable que las economías europeas alcancen registros brillantes y España -la economía del 2- tendrá crecimientos superiores a la media de la eurozona.

Y no es extraño, por cierto. La economía del 2 mantiene una fuerte tendencia al crecimiento de la economía debido fundamentalmente a la inyección artificial de estímulos inversores para las familias y las empresas que supone el bajo coste del dinero decidido por el Banco Central Europeo (BCE). La demanda interna española vive en una situación totalmente irreal. Para las condiciones de crecimiento e inflación actuales, España debería operar con tipos de interés superiores al 5%, cuando en el tipo de intervención de la eurozona es del 2%. La aplicación de la regla de Taylor arroja incluso tipos de intervención del 6% en el primer trimestre de este año para corregir los fuertes desequilibrios, tales como la inflación y la necesidad de ahorro.

Así que en el caso español tampoco está claro que el año próximo se entre en una fase de crecimiento económico notable. La probabilidad más elevada es que se mantenga durante 2004 un crecimiento similar al de este año. La inercia de la euforia inversora -en la construcción, en particular- se mantendrá al menos durante los dos primeros trimestres, apoyada, además, por un crecimiento del consumo que no se debilitará mientras se mantenga el empleo. Aunque sea el empleo precario.

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