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Pujol riñe a los empresarios por reclamar tarde más infraestructuras e inversión

El presidente assegura que se ha sentido "solo" exigiendo mejor trato de Madrid

La respuesta del presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, al polémico informe de la Cámara de Comercio de Barcelona llegó ayer. Pero pilló desprevenidos a los patronos. Pujol se mostró abierto a muchos de los planteamientos, empezando por la necesidad de un cambio de modelo económico, y asumió muchas de las reivindicaciones de los empresarios. Pero, eso sí, les reprochó que hayan alzado la voz sobre la falta de infraestructuras y el déficit fiscal con mucho retraso, y confesó con un deje de amargurque en algunos momentos se ha sentido "solo", predicando en medio del desierto.

Jordi Pujol agradeció que no sólo la cámara, sino varias instituciones empresariales, como el Círculo de Economía y Fomento del Trabajo, se quejen ahora por el déficit fiscal y político de Cataluña, pero les reprochó, en un tono paternalista, que hayan llegado tarde, cuando él hace años que batalla por lo mismo. "Celebro que varias instituciones empresariales se manifiesten en un tono mucho más agresivo, pero ahora que puedo decir lo que me plazca porque ya me voy: sepan que en muchas ocasiones he echado en falta su apoyo", les espetó.

El clamor empresarial por unas infraestructuras que permitan ser más competitiva a la economía catalana y por mayores cotas de inversión pública fueron objeto de ironías. El presidente, que presidió la presentación de la Memoria económica de Cataluña 2002 realizada por el Consejo de Cámaras de Cataluña, no ocultó su sorpresa por el hecho de que estas críticas proliferen en un momento de la historia en el que Cataluña ha aumentado su peso, hasta alcanzar en torno al 15%, en el total de inversión del Estado, y no en la etapa socialista, cuando la inversión llegó a ser del 5,5%.

Pujol alentó a la cámara a que se moje, a través de sus estudios, sobre dos de las infraestructuras, a su juicio, más importantes del país: la generación y sobre todo la distribución de la energía y el agua. "También quisiera que las cámaras estudiaran estos temas". En este sentido, subrayó que para que la Costa Brava pueda dar respuesta al turismo necesita el agua del Ter y la línea de Les Gavarres, por ejemplo. Alardeando de capacidad visionaria, Pujol recordó también, en referencia a las críticas recibidas por el apoyo del Gobierno catalán al Plan Hidrológico Nacional (PHN), que si él no hubiera llevado agua del Ebro a Tarragona en 1990, ahora no existiría Port Aventura, el polígono petroquímico estaría seriamente amenazado y no se construirían dos hoteles cada año.

En un discurso muy largo que los empresarios acogieron positivamente, Pujol también repasó el legado que, a su juicio, deja a los empresarios. Se tomó su tiempo para desgranarlo, en la Llotja, ante un auditorio repleto de industriales, académicos y medios de comunicación. No negó en ningún momento que la economía catalana pierda peso, pero -a diferencia del conseller en cap, Artur Mas, que tras conocer el crítico informe de la cámara minimizó el hecho de otras comunidades autónomas hayan puesto el acelerador a su crecimiento- admitió: "Quizá necesitamos

un nuevo modelo de desarrollo, pero no tendría que asustarnos porque Cataluña ya se ha transformado y ha demostrado su capacidad para ello". "¿Qué era Cataluña en 1973? ¿Qué teníamos? Veníamos de la primera revolución industrial, éramos un país proteccionista lleno de miedo y de inexperiencia internacional, con sueldos relativamente bajos y con muchas, muchísimas empresas amenazadas. Una de ellas, por cierto, Seat". Pujol reconoció que han desaparecido muchas de las empresas emblemáticas de Cataluña, "lo que sin duda es penoso", y también se han difuminado de la escena económica los nombres de las familias que han configurado la realidad económica de Cataluña durante muchos años, "algo dramático". Pero tras esta constatación, Pujol subrayó: "Tenemos muchas empresas que han sabido encontrar su nicho de mercado y que son líderes de ámbito mundial. Y en muchos de los sectores amenazados, como el textil y el metal".

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