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Reportaje:LA OFENSIVA TERRORISTA

La penosa experiencia de volver a empezar

Un nuevo colectivo de afectados sucede a los de Torrevieja, Santa Pola y Gandia, que ya han recibido ayudas para rehacer sus vidas

Los afectados por las oleadas de atentados de ETA contra intereses turísticos no dejan de crecer en la costa valenciana. Y con ello, los realojos, los registros, los expedientes de afectados y las indemnizaciones del Gobierno, gestionadas a través del departamento de Atención a las Víctimas del Terrorismo del Ministerio de Interior. Las bombas de ayer en Benidorm y Alicante produjeron 13 heridos. La Asociación Provincial de Hoteles de Alicante y los ayuntamientos han realojado a los casi 40 clientes de los centros hoteleros atacados. Además, la bomba del hotel Bahía de Alicante afectó a una academia contigua, donde se produjeron los heridos graves, y a todos los vecinos del edificio, que tuvieron que ser desalojados.

Dos generaciones de afectados han pasado por la rutina que sigue a los atentados

Por la larga y penosa experiencia de volver a empezar que ahora vivirán los damnificados de estas acciones terroristas han pasado ya dos generaciones de afectados, los de los atentados de ETA en Torrevieja y Santa Pola hace un año, y los de Gandia, de marzo de 2001. Los de Santa Pola son los únicos que han tenido que lamentar pérdidas irreparables.

La mayoría de afectados ha cobrado las indemnizaciones, si bien ha habido protestas por el retraso en la entrega o por las dificultades propias del procedimiento.

El último atentado tuvo lugar en la hamburguesería Queen Burguer de Torrevieja el 9 de agosto del pasado año. Una bomba destrozó el negocio familiar, que volvió a abrir a finales de ese año. Mahmud Amani, propietario, explicó ayer que ha recibido las indemnizaciones pero con un poco de retraso, por lo que ha tenido que hacer frente a muchos pagos sin apenas liquidez. "El Gobierno pagó unos 45.000 euros hace un mes más o menos y el consorcio de seguros nos dio 80.000 euros", señaló. "Lo que nos han dicho que no nos van a pagar son los casi cuatro meses en que el local ha estado cerrado".

Pérdidas irreparables causó el 4 de agosto el coche bomba contra la Casa Cuartel de la Guardia Civil de Santa Pola. Murieron Silvia M.S., de seis años, y Cecilio Gallego, de 58 años, y hubo 34 heridos. Una asociación de vecinos afectados por el coche bomba se reunió en mayo con los responsables del Ayuntamiento para exigir el pago de las indemnizaciones que Interior aún no había enviado. La docena de familias de la Guardia Civil han sido realojadas y han recibido las indemnizaciones. La rehabilitación del cuartel está prevista para este año.

Gandia fue también víctima de un atentado de ETA el 17 de marzo de 2001. La banda terrorista colocó un coche bomba cargado con 50 kilogramos de dinamita en la calle de La Rábida, en primera línea de la playa, frente al hotel Riviera, ahora ya rehabilitado. Hubo aviso y desalojo. La onda expansiva de la deflagración provocada por los artificieros originó daños materiales cifrados en 1,5 millones de euros. José María Martínez, subdirector general de Atención a las Víctimas del Terrorismo, señaló ayer que todos los propietarios afectados ya han percibido las ayudas correspondientes, paralizadas durante más de un año debido a que los daños originados por una "explosión controlada" tiene un régimen jurídico diferente.

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