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OPINIÓN DEL LECTOR
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Coín y el señor Trillo

En EL PAÍS del 6 de junio se recogen las conclusiones del Informe de Medio Ambiente de Andalucía del pasado año, resaltando la degradación imparable de Málaga a manos de la presión urbanística. Es digno de mención el lamento expresado por el delegado de Medio Ambiente de Málaga, señor Trillo, acerca de ese crecimiento desenfrenado y la consiguiente pérdida de suelo, erosión, desertificación, inadecuada gestión de los recursos hídricos, degradación del paisaje, etcétera. Y, repetimos, es digno, ya que la delegación que él dirige ha dado el visto bueno (junto a la de Obras Públicas) al proyecto urbanístico Los Llanos de la Sierra de Coín, que planea más de 3.000 viviendas y dos campos de golf justo encima del manantial de Coín y a los pies de la sierra de Coín, destrozando un maravilloso paraje natural.

Pero la cuestión no queda en la aberración paisajística, sino que afecta directamente a la calidad y la cantidad de agua de la que nos abastecemos en este municipio. De ahí que su lamento nos suene a mero trámite como los nueve folios con los que despacha el asunto su Declaración de Impacto Ambiental. No es de extrañar que España sea el país de la UE que más infracciones medioambientales ha cometido (EL PAÍS, 24-06-03). Si se lleva a cabo este proyecto de urbanización, la muerte de 300 estorninos ocurrida en un campo de golf de Manilva es lo menos grave que puede suceder en Coín.

Si a la falta de sensibilidad medioambiental se une la ineficacia administrativa e institucional para protegernos de proyectos que pueden afectar peligrosamente a nuestra calidad de vida, que nadie se espante por el aumento del deterioro de la confianza de los ciudadanos en las instituciones públicas. El presidente Chaves basó su campaña electoral en el firme compromiso de luchar contra la especulación urbanística y defender un modelo de desarrollo sostenible. Quizás debería empezar por observar las diferentes delegaciones, porque son un coladero de proyectos que dañan seriamente su credibilidad.

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