Aceite para las fusiones

Una facturación de 180 millones de euros; medio centenar de cooperativas; 22.000 socios y una producción media de 80.000 toneladas son algunas de las señas de identidad del nuevo grupo aceitero cuya constitución deciden esta semana las cooperativas Hojiblanca y Cordoliva y que les convertiría en el mayor productor aceitero del mundo.

"Con la puesta en marcha de este proyecto", señala el director general de Hojiblanca, Antonio Luque, "se concentraría en una sola mano aproximadamente el 8% de la producción española de aceite de oliva. Se trata de un porcentaje importante, pero nuestro objetivo es seguir creciendo hasta concentrar como mínimo el 20% de la producción, al igual que sucede en otros sectores agroalimentarios y en otros países de la UE".

La sociedad contará con 22.000 socios cooperativos, producirá una media de 80.000 toneladas de aceite y facturará 180 millones de euros

Hojiblanca es una cooperativa de segundo grado compuesta por 23 cooperativas de produccion y unos 11.000 agricultores en las provincias de Málaga y Córdoba. Por su parte, Cordoliva la forman otros 11.000 socios y 23 cooperativas de primer grado. En ambos casos mantienen una clara política de venta de graneles como eje de su actuación, pero con un fuerte crecimiento en la venta de aceite envasado. Hojiblanca es líder en el mercado nacional de aceite virgen extra con el 16% tras un avance espectacular en los últimos años, por delante de Koipe Carbonell. Cordoliva se halla también en los puestos de cabeza con el 8%.

Apuesta cooperativa

Las cooperativas dominan el sector productor del aceite de oliva con el 80% de la oferta. Sin embargo, su peso en la distribución minorista no llega a una media del 15% a pesar de los avances registrados en los últimos años. La constitución de grandes grupos cooperativos ha sido una constante en las preocupaciones de algunos dirigentes en el sector. En los últimos tiempos se propusieron y no cuajaron iniciativas como Mercaóleo, Cecasa para la regulación del mercado o los contactos entre Cordoliva y Almazaras Cooperativas Cordobesas, Alcofed. Para Antonio Luque, en el marco cooperativo es necesario superar viejos localismos. En medios del sector se estima que, frente al poder de la gran distribución en manos de cinco grupos, la producción no se puede quedar al margen y debe responder con una oferta también concentrada y con posibilidad de negociación. En esta línea, Luque estima que este proceso de fusión sólo debe ser el inicio de nuevas actuaciones.

Junto a estos dos grupos cooperativos destaca la existencia de otros como Oleostepa, Fedeoliva u Olepoespaña en Andalucía, que no se hallan ligados a ningún grupo industrial y que serían puntales para seguir en la construcción de ese gran grupo aceitero. Alvaro Olavarría, responsable de Oleostepa, coincide en la necesidad de impulsar un proyecto, pero no cree en decisiones precipitadas.

Esta necesidad de fusiones en el mundo cooperativo del aceite se enmarca también en la evolución del sector industrial en los últimos años.

El grupo Koipe Carbonell ha consolidado su liderazgo en el sector con unas ventas en aceite de 412 millones de euros en 2002. Jaenoliva aglutina un nuevo grupo con Aceites del Sur, Coosur y Olcesa y donde participa Jaencoop con el 10%. Migasa ha formado otro de los grandes grupos con Oleomasía y su presencia en Aceites Ybarra. Las multinacionales en semillas se concretan en Moyresa de Cereol y AOP de Cargill. En España el resto de los grupos aceiteros que podrían conjugar sus intereses con un nuevo proyecto cooperativo o industrial se concretan en sólo cuatro: Mueloliva, Sovena, Aceites Toledo y Borges.

Todo hace presagiar que, tanto en cooperativas como en la industria, van a seguir las operaciones de concentración para asegurar su supervivencia.