"Mentalmente soy fuerte"
Beloki se siente marcado por las caídas en días clave y no sabe cómo se recuperará, pero confía en sí mismo ahora que ha "cambiado de mentalidad"
Joseba Beloki subió al podio en sus tres primeros Tours, una marca que pocos han logrado en los cien años de la carrera. En cambio, ha sido en el cuarto, en el que se cayó bajando La Rochette, cuando se ganó al público. Y no por la fatalidad o por un sentimiento piadoso, sino por lo que había transmitido hasta entonces. Todos le veían más cerca que nunca de Lance Armstrong. Él y su equipo tenían señalada con una cruz la contrarreloj de ayer.
En el ONCE-Eroski estaban convencidos de que ese día, sí, por fin superaría al americano. Después de ver la etapa, todavía estaban más convencidos. Beloki la vio por televisión, subido a la cama elevada de la habitación 45 en la Clínica USP La Esperanza, haciéndose una pregunta sin respuesta: ¿y si yo hubiera estado ahí?
"Era la primera vez que veía un quirófano, una escayola, y tenía bastante miedo"
Sólo 24 horas después de someterse a la primera intervención quirúrgica importante de su vida, un camillero bajó en silla de ruedas a Beloki desde su habitación hasta donde se agolpaba la prensa. El escenario nada tenía que envidiar al camión-sala de prensa que habilita el Tour en las llegadas. Beloki ahora vende más que nunca, incluso postrado.
"Era la primera vez que veía un quirófano, una escayola, y tenía bastante miedo", admitió el líder del ONCE, "animado" pese a todo. Con un gotero a su lado -ahora recibe calmantes según demanda, aunque el dolor le ha disminuido bastante- y toda la parte derecha de su cuerpo inmovilizada, sólo se lamentó lo justo por lo que pudo haber sido y no fue: "Era un Tour propicio para mí, pero tampoco vamos a darle más vueltas. La temporada está completamente terminada para mí. No sólo físicamente, sino también anímicamente me he llevado un palo grande y ya es hora de pensar en el año que viene".
Beloki ha visto las imágenes de la caída. Lo asume como una circunstancia desgraciada, y recuerda sus sensaciones: "Lo primero, tienes ganas de montarte en la bici. No podía mover la cadera y pensaba que tenía rota la pelvis porque no podía separar las piernas, aunque cuando conseguí ponerme de pie pensé que era sólo el golpe y que había perdido tiempo. Pero vi que no había manera y se me vino todo abajo".
Beloki ha reflexionado, y no puede evitar acordarse de la caída bajando La Madeleine cuando tenía el Tour del Porvenir casi ganado, del virus que le quitó el maillot amarillo en la Vuelta. Y ahora esto: "Mi carrera deportiva se está marcando por enfermedades yendo de líder y caídas raras, pero la gente sabe que lo estaba dando todo y lo ha comprendido como una desgracia. Estas cosas marcan un poquito, pero se olvidan en dos días".
El corredor, que ha tardado unos días en asumir que esta temporada se ha acabado para él, apela a su fortaleza mental para salir adelante. "Aunque parezca que no", dice, "psicológicamente soy fuerte". Pero no se atreve a pronosticar para sí mismo, como hace Manolo Saiz, una recuperación al estilo de Jalabert, que dejó de ser un sprinter tras su caída en Armentières, o de Armstrong, un ciclista supersónico tras sobrevivir al cáncer. A Beloki le basta con la transformación que ha sufrido este año: "Lo estaba haciendo bien, estaba convencido y estoy contento por haberme demostrado que era el Joseba Beloki atacante que había prometido, estaba cambiando mi mentalidad, las fuerzas me respondían, iba segundo... Me quedo con eso. El año que viene, cuando me ponga un dorsal, ya veremos lo que nos encontramos. ¿Que puedo ser otro tipo de ciclista? Por supuesto. Los años van pasando y sí me veo mejorando. Pero ni sé yo lo que pasará".
El médico que le operó tampoco se atreve a asegurar que no tendrá secuelas. "Dependerá mucho de él, de su rehabilitación", afirma Mikel Sánchez. Pero, conociendo la capacidad de sufrimiento de Beloki, cree que no tendrá problemas con su codo, donde tiene la lesión más complicada. A partir del lunes, podrá hacer los ejercicios de recuperación desde casa.
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