La Iglesia dice que acordó con Zapatero la materia de religión y el PSOE lo niega

La reciente reforma de la religión en la enseñanza fue "dialogada y consensuada" entre dirigentes del PSOE y de la Conferencia Episcopal en una reunión al "máximo nivel", reveló ayer el responsable episcopal de Enseñanza y arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares. Por tres veces lo repitió. Después, la misma propuesta se presentó al Gobierno, añadió. El PSOE negó que en la reunión se llegara a compromiso alguno y afirmó que rechazaron el proyecto sobre la enseñanza de la Religión que les entregó la Iglesia, aunque se manifestaron dispuestos "siempre" al diálogo.

La Iglesia católica española no teme que los logros conseguidos en materia de enseñanza religiosa en los colegios puedan volver atrás en un futuro. Y ayer los obispos explicaron por qué: "A lo que se ha llegado ha sido dialogado y consensuado con dirigentes del PSOE". Y esto, añadieron, "sólo podrá sustituirse por un bien mayor".

¿Qué es exactamente lo que se negoció? En una reunión que mantuvieron en la sede del PSOE José Luis Rodríguez Zapatero y el presidente de la Conferencia Episcopal, Antonio María Rouco Varela, el 11 de enero de 2002, "se convino y acordó cuál sería la forma en que quedaría este conjunto de conocimientos, objetivos y finalidades [la nueva área de Sociedad Cultura y Religión que habrán de estudiar obligatoriamente los alumnos] de modo definitivo, conforme a la pedagogía y a la Constitución". Así lo explicó el obispo Cañizares.

El PSOE tiene otra versión. En aquel encuentro, "que solicitó la Iglesia" y en el que también estuvieron la responsable de Enseñanza del PSOE, Carme Chacón, y el arzobispo Cañizares, "la Iglesia ofreció su propuesta sobre la asignatura de Religión", explicó Carme Chacón. "Y yo misma hablé por teléfono con Cañizares en marzo o abril para decir que no estábamos de acuerdo con ella". Después entregaron el mismo texto al Gobierno.

La postura del PSOE sobre la Religión en la escuela "siempre ha sido muy clara y la conocen Cañizares y Rouco Varela", aseguró Chacón, quien confió en que las declaraciones de Cañizares respondan a "un malentendido". "Estamos en desacuerdo con los cambios que ha introducido la Ley de Calidad porque vulneran el mandato constitucional y el ordenamiento jurídico, y es contraria a un sistema educativo moderno".

Sobre las relaciones del PSOE con la Conferencia Episcopal, Chacón dijo que son de "respeto", algo que, espera, sea mutuo. Y aseguró que, de gobernar algún día, "se garantizará a los padres que así lo quieran clases de religión para sus hijos".

La Iglesia no puede ni quiere disimular la satisfacción por la reforma de estas enseñanzas. "Por fin podemos decir que, tras muchos años, se ha logrado lo que corresponde a la escuela", se felicitó ayer el arzobispo Cañizares. "Éste es un momento importante".

El gozo de la Iglesia no sólo se explica por el buen trato que ha alcanzado la asignatura de Religión en las aulas, que adquiere la misma categoría académica que el resto de las materias, sino porque además ya "no hay alternativa". ¿Cómo?, se sorprendieron los periodistas en la rueda de prensa. "Tampoco la hay en lengua, ni en matemáticas. Lo que hay es una opción confesional y otra aconfesional".

Cañizares destacó vivamente las múltiples "coincidencias", la "relación estrechísima" entre ambas opciones. Invitan a que se compruebe comparando los temarios de las dos asignaturas, una comparación que ellos mismos han elaborado y donde se observa que ambas materias, la confesional y la no confesional, comparten hasta los títulos de los bloques temáticos. No se ha buscado que coincidan, dijo Cañizares. Simplemente los currículos se han adaptado a los mandatos de la ley de la Iglesia y de la del Ministerio.

Cañizares entiende que hay alguna diferencia de "enfoque", aunque las dos responden a la naturaleza del área". Pero no cree que los chicos que opten por la Religión, confesional, puedan sufrir alguna discriminación académica respecto de los otros. "En la confesional también se estudian otras religiones con toda objetividad y verdad". Incluso se estudia la Constitución, "y con un tratamiento posiblemente más acendrado", añadió Cañizares.

La confederación laica de padres de alumnos, Ceapa, confirmó ayer sus sospechas: "Nuestros hijos tendrán que estudiar obligatoriamente religión. Ya nos han dejado claro que ambas opciones son prácticamente iguales. Ahora esperamos que presenten el currículo de las otras confesiones que también tienen acuerdo con el Gobierno para saber si hay las mismas similitudes con la opción no confesional", ironizó.

Quedaba un asunto pendiente, la situación laboral de las personas que imparten la religión. "Hay que aquilatar algunos puntos de su estatuto laboral. En eso estamos, esperamos la mejor voluntad por parte de todos", dijo Cañizares. Sobre las críticas de que estos profesores dan clase sin tener una oposición aprobada, añadió: "Bastante tienen con no tener estabilidad y con no estar reconocidos en los claustros. Eso es lo que hay que mejorar".

Una de las reacciones más virulentas ante la nueva reforma religiosa de la educación fue la de la Plataforma Popular Gay (PP). Su presidente, Carlos Alberto Biendicho, aseguró que "se está introduciendo el delito en la escuela porque la discriminación por orientación sexual que defiende la Iglesia está recogida en el Código Penal". "Llevaremos a los tribunales a los profesores que redacten los contenidos de Religión y exigimos al fiscal general del Estado que actúe de oficio contra este delito", añadió.