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La policía detiene a dos jóvenes del 'comando Nafarroa' de ETA con 150 kilos de explosivo

Ibai Aginaga y Joseba Segurola fueron arrestados cerca de Pamplona mientras dormían

Ibai Aginaga, de 22 años, y Joseba Segurola, de 24, supuestos miembros liberados de ETA, dormían profundamente, con sendas pistolas bajo la almohada, cuando agentes del Cuerpo Nacional de Policía irrumpieron, poco después de las tres de la madrugada del lunes al martes, en el primer piso del número 16 de la calle de Lekoartea, en Berriozar, un municipio de 6.500 habitantes pegado a Pamplona. No tuvieron tiempo de oponer resistencia, según fuentes de Interior. La policía encontró armas y 150 kilos de explosivo, treinta de los cuales estaban "montados" para un atentado inminente.

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Fuentes policiales aseguraron que venían siguiendo la pista del reconstituido comando Nafarroa desde hace meses. Según la misma fuente, el sábado detectaron a uno de los detenidos junto con otras personas. La operación de seguimiento llevó a la policía hasta el piso de Berriozar y el dispositivo de vigilancia permitió comprobar cómo uno de los etarras entraba en la casa con varias barras de pan, lo que confirmó la sospecha de que allí podrían ocultarse varias personas. A partir de ese momento, se decidió la intervención, que la policía llevó a cabo en la madrugada de ayer.

Ángel Acebes, ministro del Interior, compareció ayer por la mañana ante los periodistas, mientras los dos supuestos terroristas eran trasladados a Madrid, sin disimular su contento por la información que quería transmitir: "El núcleo central", dijo, del comando Nafarroa de ETA ha sido desarticulado".

Acebes, acompañado por el secretario de Estado para la Seguridad, Ignacio Astarloa; el director general de la Policía, Agustín Díaz de Mera, y su segundo, Pedro Díez Pintado, ofreció datos muy escuetos sobre la operación que la policía -a la que felicitó repetidas veces- había llevado a cabo horas antes.

El ministro insistió en que se trata de un golpe a ETA "de la mayor importancia" porque la mayoría de los asesinatos que la banda ha cometido en el último año y medio han ocurrido en Navarra.

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Posibles delitos

Tan escueta fue la información que Acebes no quiso aventurar ninguna hipótesis sobre los posibles delitos que hayan cometido los detenidos, ni siquiera que puedan ser autores del asesinato de dos policías en Sangüesa (Navarra), el 30 de mayo, al estallar una bomba adosada en los bajos del vehículo de los agentes. "Es pronto" para formular atribuciones concretas, dijo el ministro, aunque fuentes del ministerio se mostraron convencidas de que los dos detenidos, o uno de ellos, participaron en el atentado.

Acebes no desaprovechó la oportunidad para lanzar un mensaje a ETA y a sus aledaños: "Los autores de atentados caen todos, y cada vez lo hacen más pronto. Éste es el futuro que pueden esperar quienes se están incorporando en el proceso de reestructuración" de la banda.

La policía busca a David Cebrián Mayayo, propietario del piso donde fueron detenidos los supuestos etarras, informa la agencia Vasco Press. Según la misma información, la policía registró también el piso de los padres de Mayayo y un trastero donde hallaron los 150 kilos de explosivos: 27 de dinamita Titadyne y el resto compuesto de cloratita.

También encontró la policía un fusil de asalto Cetme, un subfusil francés Mat; una escopeta Riot del calibre 12 y tres pistolas, una de marca HS y una Walter p-4. Había también munición, temporizadores, detonadores, telemandos, varias ollas a presión, en las que los etarras suelen colocar los explosivos, documentación falsa y documentos que la policía se disponía a estudiar, según informó Acebes.

Además de asesinar a dos policías en Sangüesa en mayo, ETA colocó el sábado una bomba, que fue desactivada, en un hotel de Pamplona, y en el último año y medio ha perpetrado en Navarra siete atentados con tres policías muertos y otras 12 personas heridas.

Cachorros de la 'kale borroka'

Los dos detenidos por la policía en Navarra, Ibai Aginaga Ginea, de 22 años, de Berango (Vizcaya), y Joseba Segurola Beobide, de 24, de Urretxu (Guipúzcoa), ofrecen el perfil más característico de los últimos miembros de ETA. Se trata de personas muy jóvenes, aunque con amplio historial de terrorismo callejero.

Aginaga, con sólo 22 años había sido detenido en tres ocasiones desde 1997, y se le imputaron más de una veintena de acciones de terrorismo urbano, según el Ministerio del Interior. En 1999 participó junto con otros 30 encapuchados en el lanzamiento de 50 cócteles molotov contra el cuartel de la Guardia Civil de Getxo (Vizcaya) e Interior le atribuye la colocación de un explosivo en el domicilio del concejal socialista Eugenio Moro, y otro en el del concejal del PP Virgilio Méndez.

Segurola tenía pendiente una orden de detención e ingreso en prisión por colaboración con banda armada. Fue detenido en dos ocasiones, entre 1998 y 2002, por su relación con ETA.

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