Greenspan vaticina tipos más bajos para estimular la economía

La Reserva Federal de Estados Unidos está dispuesta a mantener bajos los tipos de interés el tiempo que haga falta y recortarlos aún más si es necesario para estimular la economía, aseguró ayer Alan Greenspan, presidente del banco emisor. Su comparecencia coincidió con el anuncio de un déficit presupuestario récord de 455.000 millones de dólares (4% del PIB), sin tener en cuenta el coste de la guerra en Irak.

A pesar de nuevas proyecciones a la baja de crecimiento del producto interior bruto estadounidense en este año realizadas por la FED, Greenspan cree ver indicios de que la economía remonta. Su eterno optimismo indignó a algunos congresistas, uno de los cuales le acusó acaloradamente de no tener idea de lo que ocurre en el mundo real y actuar influido por los multimillonarios a los que favorece la política económica de George Bush.

La comparecencia de Alan Greenspan en el Capitolio coincidió con el anuncio de la Casa Blanca de un déficit presupuestario récord, que para este año se ha disparado hasta los 455.000 millones de dólares, sin tener en cuenta el coste definitivo de la guerra en Irak, por encima del 4% del PIB. La proyección para el año que viene es de 475.000 millones. El año pasado fue de 158.000, quebrando cuatro años de superávit, que en 2001 llegó a los 127.000 millones. Greenspan reconoció que el déficit es un asunto importante y alertó sobre los riesgos que a largo plazo supone para la economía, pero también dijo que "podemos asumir varios años de grandes déficit, como ha ocurrido en el pasado, siempre que se revierta luego la tendencia". Sobre qué podía hacer el Congreso para crear empleo, Greenspan respondió que "lo mejor es crear crecimiento, y a corto plazo ya se ha hecho", en referencia al recorte de impuestos de Bush.

Pero sus palabras, y los buenos resultados que ayer ofrecieron diversas compañías estadounidenses, impulsaron al dólar. El euro, que llegó a alcanzar los 1,133 dólares, se desplomó para cotizar a última hora a 1,116 dólares.

Greenspan compareció ante el Comité de Finanzas de la Cámara de Representantes (hoy lo hará ante otra comisión análoga en el Senado) para hacer un análisis de la situación económica y pronosticar la futura evolución. El presidente del banco emisor anunció a los congresistas que un estudio de la Reserva Federal rebaja un 0,75% las previsiones de crecimiento de la economía realizadas a principios de año, cuando se aventuró un aumento del 3,25% o 3,50% en el PIB en 2003.

La economía creció sólo el 1,4% en el primer trimestre, y en el segundo la evolución no fue muy distinta, según los economistas. La Fed predice ahora que para el conjunto del año el crecimiento del PIB no irá más allá del 2,5% o 2,75%. Al comunicar esta cifra, Greenspan subrayó que aunque la evolución no responde a las expectativas, siguen siendo positivas, y que muy bien pudiera ser que la economía de Estados Unidos estuviera "a punto de entrar en un periodo de crecimiento sostenido".

Era la enésima vez que Greenspan veía la botella medio llena, y para algunos congresistas el pronóstico fue la gota que colmó el vaso. A Bernard Sanders, un independiente de Vermont, le indignó el énfasis de Greenspan en el crecimiento y su aparente desinterés por la pérdida de puestos de trabajo en Estados Unidos -donde el desempleo alcanza la tasa del 6,4%, la mayor en nueve años- en beneficio de terceros países. "Usted no tiene idea de lo que pasa en el mundo real", le reprochó Sanders haciéndole notar que los millonarios con los que se reúne en cócteles y clubes "son la excepción". Sanders desgranó un rosario de cifras económicas negativas y acabó preguntando a Greenspan si realmente le importaba el bienestar de las familias.

El presidente de la Fed señaló que está dispuesto a mantener la actual política monetaria "durante todo el tiempo que haga falta para promover un crecimiento económico satisfactorio", y aseguró que con el tipo de referencia al 1% "podrían producirse sustanciales recortes si se considera necesario".