Una democracia escenográfica
Ya lo dijo Bertold Brecht, ese inculto rojeras trasnochado que, encima, era alemán: lo que sobra en la democracia son los seguidores de Al Capone empeñados en presidir también los Consejo de Ministros
Nada personal
Aunque a veces, sí. La chulería de mala sombra y el peligro de Berlusconi (¡casi contemporáneo de Enrico Berlinguer!) en su chusca intervención inaugural como representante de Italia en la presidencia rotatoria de la Unión Europea, es el mismo que el de Aznar, y también el de Bush, allí donde se entiende la democracia como un engorro a instrumentalizar. Si hay que hacer como que se cree en la democracia, pues se hace, aunque expresiones como "que vengan a por nosotros" (Bush, sobre los focos de resistencia en Irak), la disposición de Aznar a medir en campaña el tamaño de sus atributos sexuales, o los chascarillos de Berlusconi sobre un diputado alemán del Parlamento Europeo bastan para comprobar que se mueven a contracorriente en un terreno que no es el suyo. ¿Alguien se imagina a Blair haciendo chistes sobre nazis, a Zapatero alardeando del incómodo volumen de su virilidad?
Ruido que no cesa
Cuando el barrio del Carmen era una de las zonas bonitas de la ciudad (para los frecuentadores de los tugurios nocturnos, no así para sus vecinos) tomábamos copas en verano hasta el amanecer con el vaso de trago largo en la mano charlando al borde de las aceras, ya que el calor en antros como Turat o Tatuaje invitaba a la fresca de la calle. Más de un vecino irritado se tomaba la molestia de dejar la cama a las tres de la mañana para obsequiarnos con el refresco añadido de varias bolsas de plástico repletas de agua o de líquidos todavía más dañinos que dejaban caer desde sus balcones insomnes. Ante semejante agresión, nadie se privaba de lanzar insultos al enemigo invisible, tales como fascista o el más castizo fill de puta. Es un misterio el desdén de progres de tanto estrépito y mucha militancia hacia los severos dictados de despertador de los currantes que sustentaban nuestros cirróticos ardores de güisquería mediterránea. Y de garrafa.
Frederic Jordan
Hay que decir que Frederic Jordan resume en su persona medio siglo de valencianismo risueño en la medida de lo posible, y consecuente, y que siempre actuó como inspirado por la famosa exigencia de Dylan Thomas: "Se fiel hasta la muerte". De entre los muchos y constantes recuerdos de una amistad de muchos años conservo en la memoria su espanto cuando se nos ocurrió en UEVO llenar de muchos quilos de arena playera el patio de butacas del antiguo Micalet para un montaje teatral, seguro como estaba el hombre, y con cuánta razón, de que toda esa arena se sabía cuándo llegaba pero nunca si saldría de allí. Durante años permanecieron los sacos filtrando su carga por el sótano de camerinos, y a poco de comenzar las obras de reforma de la sala, me lo encontré una noche y con su cara grisácea ya tocada por lo irremediable me dijo: "No te preocupes más, por fin hemos tirado la arena, aprovechando el derribo de los tabiques". Así era él.
La Bienal ideal
No es imaginación cutre lo que falta en la actual edición de la Bienal inexistente, decorando con bonitos motivos pictóricos las tapias de solares abandonados y exponiendo una colección pinturera del músico Vangelis. Es precisamente en esa línea donde la futura Bienal tiene asegurado su futuro incierto. Sería un hallazgo imperecedero ver a Luigi Settembrini montando en invierno un full monty en la gotosa nave saguntina, y tampoco estaría mal que Irene Papas emulase a Esther Williams haciendo unos cuantos largos de mariposa entre los tiburones del Oceanográfico. El escultor Miquel Navarro bien podría hacer una de sus buenas obras en profundidad, por ejemplo una estupenda réplica del Miguelete enterrada bajo los cimientos de la torre, con restaurante de tierra incluido en el subsuelo. ¿Y qué no haría Peter Brook dirigiendo en Fallas la Ofrenda a Desamparats?
Ciencia de pasillos
Eugenio Coronado, que aparece muy risueño en las fotos, es catedrático de Química Inorgánica y ha obtenido el Premio Jaime I de Nuevas Tecnologías por sus trabajos en "materiales moleculares con propiedades magnéticas, eléctricas y ópticas susceptibles de ser miniaturizadas". Parece pura poesía, pero asegura que la mayoría de los instrumentos para su trabajo se pudren en los pasillos de su departamento universitario. Otro investigador premiado, Carlos Martínez Alonso, experto en Biología Molecular, considera dramático que la religión suplante las horas lectivas que deberían dedicarse a la ciencia como instrumento veraz de conocimiento, también porque la historia de la ciencia es la más fascinante aventura humana jamás contada. Mientras se premia a talentos sin apenas medios para llevar adelante sus trabajos, la ministra del ramo regatea en la costa con el Rey y sus infantas.
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