Desarticulada en Castellón una banda dedicada a la prostitución

El Equipo Mujer-Menor (Emume) de la Guardia Civil de Castellón detuvo el pasado jueves en esta ciudad a cinco personas consideradas miembros de una banda organizada supuestamente implicada en delitos relativos a la prostitución, según informó ayer en un comunicado la Comandancia de Castellón. Esta operación continúa abierta y no se descartan nuevas detenciones en los próximos días. La detención de estas cinco personas y la desarticualción de la banda a la que presuntamente pertenecían se llevó a cabo a raíz de una denuncia presentada por una mujer de nacionalidad rumana, que se acogió a la Ley de Testigos Protegidos, en las dependencias de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de Castellón.

En su denuncia, la mujer manifestaba que tanto ella como otras mujeres estaban siendo obligadas a ejercer la prostitución bajo coacciones y amenazas en el camino Caminás, en el término municipal de Castellón. Asimismo, relataba que ella había sido traída a España con el pretexto de trabajar en hoteles o restaurantes como camarera y aseguraba que una vez aquí la obligaron a ejercer la prostitución. Tras ello, el Emume de la Guardia Civil inició una investigación que dio como resultado la detención en Castellón, durante la tarde y la noche del pasado jueves, de cinco personas, tres hombres y dos mujeres.

Los detenidos, todos ellos de nacionalidad rumana, son S.P., de 29 años; G.C.S., de 28 años; C.P., de 25 años; F.P., de 25 años, y C.A., de 30 años. Estas personas están consideradas miembros de una banda organizada de delincuentes dedicados al tráfico de seres humanos, así como presuntos autores de delitos relativos a la prostitución, detención ilegal, coacciones y amenazas. Todos ellos han sido puestos a disposición del juzgado de instrucción de guardia de Castellón. Los miembros de la banda organizada traían a las mujeres en microbuses, las instalaban en un piso, se apoderaban de los pasaportes y las vigilaban constantemente con el fin de que no huyesen, sólo dejándolas salir para trabajar, desde las 9.00 hasta las 21.00 horas. Uno de los detenidos se dedicaba, afirmaron, a llevarles bocadillos y agua, y a recoger el dinero recaudado.