Las guerras marcan la reunión de la Unión Africana
La ola de conflictos armados que asola el continente está marcando la segunda cumbre de la Unión Africana (UA), que concluye hoy en Maputo, capital de Mozambique. Las guerras civiles, entre otras, las de Liberia, República Democrática de Congo y Burundi -donde los ataques en los últimos días de los rebeldes hutus sobre la capital, Bujumbura, han dejado más de 170 muertos-, acapararon los debates de ayer en un encuentro que comenzó el jueves.
La ausencia de importantes líderes minimizó la importancia de la cumbre, afectada por la gira africana del presidente estadounidense, Georges W. Bush. Los dirigentes de Nigeria, Olusegun Obasanjo, y de Uganda, Ioweri Museveni, regresaron a sus países para recibir al mandatario norteamericano.
Obasanjo, antes de dejar la cumbre, confirmó el envío de una fuerza de paz de unos 1.500 soldados de Malí, Ghana y Nigeria a Liberia bajo el mandato de la Comunidad Económica de Estados de África del Oeste.
Nuevo presidente
La actualidad bélica no impidió la designación del nuevo presidente de la Comisión de la UA. El ex dirigente de Malí, Alpha Konare, ha sido elegido como único candidato tras la renuncia de Amara Essy, el presidente interino saliente de la Comisión y favorito del líder libio, Muammar el Gadafi. Konare será, desde el próximo septiembre y para cuatro años, el encargado de las operaciones y de la administración de la UA.
El organismo ha sido creado en 2002, bajo el impulso del coronel Gadafi. Se inspira en el modelo de la Unión Europea -Romado Prodi, presidente de la Comisión Europea, acudió a la cumbre-, con la creación prevista de un Parlamento Panafricano, una Corte de Justicia, un Banco Central y un Fondo Monetario. La Unión comprende 52 países, con las únicas ausencias de la República Centroafricana, expulsada tras el golpe de Estado de marzo, y Maruecos, que se ha retirado en protesta por el reconocimiento del Sáhara Occidental. Madagascar, que también había sido apartado tras las polémicas elecciones presidenciales de 2001 y la posterior miniguerra civil, se reintegró a la organización en la apertura de la cumbre.
Joaquim Chissano, el mandatario de Mozambique y presidente de turno de la UA, llamó a los Estados miembros a ratificar el protocolo para el Consejo de Paz y Seguridad, un órgano que permitiría a la Unión intervenir en los conflictos del continente. De momento, sólo 16 países han ratificado el protocolo. Se requieren 27 firmas para la creación del Consejo.
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