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Reportaje:

La cuenta atrás de Emilia

Una ex toxicómana, que se ha rehabilitado y es madre de dos niños, entrará en prisión por un delito que cometió hace seis años

Emilia Medianero tiene 28 años y asegura que le ha costado mucho dejar atrás su pasado de toxicómana. Está orgullosa de haber conseguido formar una familia junto a su marido y sus dos hijos de corta edad, de tener un trabajo y una vivienda que ella misma puede pagarse.

Pero Emilia teme ahora perder esa vida, porque tiene una deuda con la justicia por los delitos que cometió cuando estaba enganchada a las drogas hace seis años. El próximo día 15 de septiembre Emilia tendrá que ingresar en la cárcel para cumplir la condena de tres años y seis meses que le impuso la Sección Segunda de la Audiencia Provincial en 2001 por un delito de robo con violencia, con la circunstancia agravante de reincidencia y una falta de lesiones.

Una asociación ayuda a esta madre de familia en su lucha por seguir libre
El marido también espera un indulto que le conmute una condena por robo

Los hechos ocurrieron en 1997, cuando Emilia y un amigo viajaban en el metro. Según la sentencia, los condenados "se acercaron a un viajero al que comenzaron a propinarle golpes en la cara mientras ella se apoderaba de su cartera, que contenía 4.500 pesetas (27,05 euros)". Emilia siempre ha mantenido su inocencia y asegura que cuando acabe todo intentará demostrar que ella no robó.

Al conocer su caso la Asociación de Prevención contra la Marginación (Precomar) de Parla, que asesora en asuntos judiciales a personas que han tenido problemas de drogadicción, se puso en contacto con ella. Pidió la suspensión de su condena y tramitó su indulto en agosto de 2002. La Audiencia Provincial acordó el auto de la suspensión de la condena hasta la resolución del indulto, aunque requirió a Emilia el pago de una multa de 123,21 euros por la falta de lesiones.

En el escrito para pedir el perdón, Precomar alegaba que Emilia no había vuelto a tener ningún antecedente penal, que había conseguido rehabilitarse de su adicción a las drogas y formar una familia. "Su ingreso en prisión, para cumplir una condena de tres años después de la comisión de los hechos, quiebra su proyecto personal, familiar y profesional", finalizaba el documento.

Pese a los informes de esta asociación, el Consejo de Ministros denegó la petición de indulto el pasado mes de mayo y ayer la Audiencia Provincial confirmó su ingreso en prisión en septiembre, dentro de 67 días. "La explicación que nos han dado para rechazar su indulto es que tanto el fiscal como el tribunal lo rechazaron. Pero nosotros pensamos que deberían estudiarlo un poco más, porque esta mujer se lo merece por lo que ha hecho para rehacer su vida", explica el presidente de Precomar, Ramón Barriga.

Los esfuerzos de Precomar se dirigen ahora, según Barriga, a conseguir que Emilia sea aceptada en el Centro de Inserción Social Victoria Kent. "En este centro conseguiría el tercer grado en un mes, podría continuar con su trabajo y cuidar de su familia, ya que sólo tendría que ir al centro a dormir. De todo lo malo es la única medida que a ella le iría mejor", explica Barriga. El problema es que en julio y agosto no admiten peticiones de ingreso.

El presidente de Precomar asegura que la entrada de Emilia en un centro penitenciario cerrado le destrozaría la vida. "En la prisión de Alcalá-Meco tardaríamos como mínimo ocho meses en conseguir el tercer grado, y allí sólo se permite una visita al día de 20 minutos y a través de una mampara".

La cuenta atrás ha comenzado para Emilia, que asegura estar "angustiada y amargada" ante la idea de volver a la cárcel, donde ya estuvo en 1996 durante un mes por un delito de robo con violencia e intimidación. Afirma que ha cambiado y que sólo quiere tener una vida tranquila con sus hijos de dos y un año, mientras espera que el Ivima le conceda una vivienda un poco más amplia que la que tiene en el barrio de Vallecas.

En Precomar temen que la situación de esta familia se pueda complicar más. El marido de Emilia también se encuentra a la espera de que le concedan un indulto que le conmute una pena de cuatro años de prisión que tiene pendiente por un delito de robo. Barriga señala que si se da esa situación, la Comunidad de Madrid se hará cargo de los dos menores, pero "será una desestructuración muy fuerte de una familia que a Emilia le ha costado mucho formar. La vida se ha cebado con ella".

Emilia recuerda que empezó a consumir droga con sólo 12 años. Primero se inyectó cocaína y heroína; después, ya adolescente, comenzó a fumar alrededor de cinco gramos diarios de caballo, hasta que hace tres años se adhirió a un programa de metadona para superar su drogadicción. Hoy no necesita ningún tratamiento, salvo pastillas para superar su depresión, según los informes del hospital Gregorio Marañón y de su médico de familia.

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