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Un nuevo equipo atiende en la calle a los enfermos mentales sin hogar

Unos 100 indigentes con problemas psíquicos malviven a la intemperie, según las ONG

Un nuevo equipo volante, formado por un psiquiatra y dos enfermeros, al que se sumarán varios educadores, ha empezado este mes a atender, en plena calle, a los enfermos mentales sin hogar, unos 100, según las ONG de apoyo a indigentes. Los trastornos que sufren estas personas les llevan a rechazar las ayudas y, además, los centros de atención social y sanitaria no están adaptados a sus necesidades. El objetivo del nuevo servicio de la Consejería de Sanidad es ganarse la confianza de estos pacientes para que inicien un tratamiento y conseguirles plazas en albergues y residencias.

Doce entidades de apoyo social a indigentes habían solicitado a Sanidad la creación de estos equipos tras comprobar, en su trabajo diario, que al menos un centenar de enfermos mentales sin hogar malviven en la calle sin recibir la atención social y psiquiátrica que precisan. Sus trastornos les hacen ser reacios a la ayuda de ONG e instituciones y a nadie se le puede llevar a un albergue a la fuerza. Sólo en caso de emergencia psiquiátrica un juez puede decretar su ingreso involuntario en un hospital. Pero, tras recibir el alta, esos pacientes suelen volver a la misma situación de desamparo, sin medicación ni terapia. Ahora, con el nuevo equipo, tendrán una atención psiquiátrica continuada.

Elia González, responsable de programas en la Oficina de Coordinación Regional de Salud Mental, explica que serán las entidades de apoyo a indigentes las que deriven los casos y sirvan de contacto entre los profesionales y los pacientes. "El objetivo es crear un vínculo con estos enfermos para integrarlos en la red de atención normalizada", asegura, y añade que, si es preciso, el tratamiento inicial, incluida la prescripción de fármacos, se realizará en plena calle. Pero se intentará que los pacientes acudan a los centros de salud mental como cualquier otro ciudadano. Para ello está previsto que, a la psiquiatra y los enfermeros encargados ahora de este servicio se les sumen en los próximos meses varios educadores, cuyo cometido será efectuar un seguimiento de los casos y acompañar a los enfermos a los tratamientos.

Otra de las funciones del nuevo servicio será, según González, "aplicar la discriminación positiva a estos enfermos en todos los centros de acogida". Eso significa que, siempre que sea necesario, habrá disponible para ellos una plaza en un albergue para indigentes, en una minirresidencia para enfermos mentales o en un geriátrico. Algo que no siempre ocurre porque, según ONG de apoyo a indigentes, como Realidades, Rais y la Asociación Madrileña de Salud Mental, "en determinados servicios tienden a quitarse de encima a estos enfermos".

Este equipo puede ejecutar internamientos involuntarios en psiquiátricos. Pero no es ése su objetivo, porque ya existen otros servicios sanitarios que pueden realizar esa tarea. Sí será asunto suyo, sin embargo, impedir que esos enfermos vuelvan a la calle al recibir el alta tras su estancia hospitalaria.

Centro de acogida

"El objetivo es que el paciente tenga un lugar donde vivir en cuanto abandone la unidad psiquiátrica. Estas personas son a veces reacias a los albergues, pero hay que insistir porque, por ejemplo, este invierno logramos derivar a un grupo de indigentes mayores a residencias y la mayoría sigue en ellas", matiza González y puntualiza que es imprescindible la apertura, en 2004, de un centro de acogida de baja exigencia para enfermos mentales sin hogar.

Sería un refugio con horarios y normas flexibles, dotado de 30 plazas y de un servicio de atención psicológica y psiquiátrica. La Consejería de Sanidad ha incluido este centro entre sus proyectos para el próximo año y ahora el Ayuntamiento debe buscarle una ubicación.

El equipo volante se desplazará a cualquier punto de la ciudad, pero se dedicará, sobre todo, al distrito Centro, donde vive el 31% de las personas sin hogar, según un estudio de la Universidad de Comillas.

El Plan contra la Exclusión Social de la Comunidad prevé más equipos como el recién estrenado, si bien por ahora sólo habrá uno. "Lo primero que tenemos que ver es cuántas personas con problemas mentales malviven en las calles sin tratamiento. Las ONG hablan de un centenar, pero son estimaciones", concluye la responsable de la Oficina de Salud Mental.

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