Familiares y enfermos colaboraron en las tareas diarias
Madrid
"Aquí fuera les dejo el carro con toda la ropa de cama y las toallas... y, por favor, ayuden a lavarse a los enfermos. Hoy hay huelga en el hospital, lo sentimos, pero nos tienen que echar una mano para que esto siga funcionando", anunció ayer una enfermera a los familiares y acompañantes de los pacientes de una de las plantas del hospital de la Princesa.
Disciplinadamente, el pelotón de voluntarios se puso manos a la obra. Quien tenía un familiar a su lado enseguida tuvo sábanas limpias y ayuda en el cuarto de baño; a quienes, en cambio, el día de huelga les pilló solos, enseguida encontraron la solidaridad del compañero.
La comida y la cena se distribuyeron sin problemas, aunque el desayuno, en las primeras horas de la jornada de paro, sí llegó en algunos casos con más de una hora de retraso. "Hoy, la leche estaba fría, pero como hace tanto calor, la verdad es que me ha dado lo mismo", comentaba una paciente.
Las enfermeras, que cumplían con los servicios mínimos, corrían por los pasillos supervisando que todo funcionara de la mejor manera posible. "Los análisis que necesitábamos los hemos puesto urgentes porque así el laboratorio los hacía, ya que estas pruebas rápidas están incluidas en los servicios mínimos, como los tratamientos de oncología y las diálisis", decía una enfermera.
Los médicos en el hospital de la Princesa apenas secundaron la huelga. Casi todas las operaciones quirúrgicas se realizaron y los especialistas visitaron a los enfermos. "Ha sido una huelga que ha seguido más el personal auxiliar que los médicos", señaló un profesional del centro hospitalario.
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