Pujol anuncia que CiU pedirá el sí en el referéndum de la Constitución Europea

Convergència i Unió (CiU) votará en el Congreso a favor de la Constitución Europea y hará campaña por el sí en el referéndum de junio de 2004 a pesar de la "falta de voluntad política" tanto en Bruselas como en Madrid para que el catalán tenga un mayor reconocimiento, anunció ayer Jordi Pujol. El presidente de la Generalitat expresó "algunas decepciones" respecto al trabajo realizado por la Convención Europea y, en concreto, sobre la protección y promoción de todas las lenguas oficiales de los Estados miembros de la UE.

El presidente de la Generalitat efectuó estas declaraciones en la ciudad alemana de Stuttgart, en donde participó en una conferencia de presidentes del grupo denominado Cuatro Motores de Europa, en el que participan, además de Cataluña, las regiones de Baden-Württemberg (Alemania), Rhône-Alpes (Francia) y Lombardía (Italia). Los dirigentes políticos reclamaron un mayor protagonismo de las regiones en la Unión Europea y sus órganos de decisión.

En su intervención en la conferencia, Pujol reconoció que existen algunos aspectos del trabajo de la Convención -encargada de redactar una propuesta de Constitución- que le ha "decepcionado", pero agregó que en general "aporta elementos positivos". Por estas razones, Pujol adelantó el voto positivo de CiU en la discusión de la futura Constitución cuando se tramite en el Congreso, así como en el referéndum de ratificación en España, que coincidirá con las elecciones al Parlamento Europeo, en junio de 2004.

Lengua catalana

Pujol centró sus principales críticas en un mayor reconocimiento de la lengua catalana en Europa y no las ahorró en contra de las instituciones comunitarias y el Gobierno central del PP, que, en su opinión, impiden que el catalán "sea reconocido en Europa".

En esta línea reivindicativa, el documento firmado por los Cuatro Motores pide que la "UE tenga en cuenta la diversidad cultural y lingüística como un factor enriquecedor, y reconozca todas las lenguas oficiales en los territorios de los Estados miembros". "No pedimos que el catalán sea reconocida como una lengua de trabajo en Estrasburgo", precisó Jordi Pujol, "pero encontrar algún tipo de oficialidad es vital para nosotros".

El presidente catalán dio tres ejemplos concretos: que los pasaportes sean bilingües, como los documentos de identidad; que los productos únicamente etiquetados en catalán puedan ser exportados libremente a Europa, y la traducción de determinadas publicaciones comunitarias.

La declaración final también reclama que los Estados garanticen a las regiones la posibilidad de ejercer sus derechos ante la UE mediante una adaptación de la legislación, como por ejemplo el acceso directo al Tribunal de Justicia.