Pleitos tengas... y los pierdas
La maldición de la gitana -"pleitos tengas y los ganes"- alude a los gastos realizados y a los quebraderos de cabeza padecidos por el actor de cualquier proceso judicial aunque los tribunales terminen dándole la razón. Sin embargo, corren todavía peor suerte quienes apelan a la magistratura y ven cómo sus demandas son rechazadas de plano sin entrar en el fondo del asunto, tal y como les ocurrió la semana pasada a los representantes legales del PSOE y del PP que habían presentado sendas querellas ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid tras el escándalo político-inmobiliario desatado por la deserción de las filas socialistas, expulsión y paso al Grupo Mixto de los diputados Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez. Ni el PSOE ha conseguido que la Sala de lo Civil y Penal abra una investigación sobre el presunto delito de cohecho de los dos tránsfugas y sus colaboradores, ni el PP ha logrado que los magistrados empapelen al secretario general de los socialistas madrileños por delitos de injurias, calumnias, coacciones y amenazas contra los dirigentes populares.
El PSOE ha recurrido en súplica contra la inadmisión de su querella contra Tamayo, Sáez y varios afiliados del PP implicados en un supuesto cohecho. El auto de la Sala de lo Civil y Penal -adoptado por mayoría- considera que los hechos denunciados por los socialistas no superan la fase de las meras conjeturas o hipótesis -"inválidas para imponer la carga del proceso penal a los querellados" en un Estado de derecho- y no llegan siquiera a "la simple conceptuación de sospecha fundada"; la "palmaria omisión" de datos indiciarios sobre la dádiva o promesa típicas del delito de cohecho refuerza esa adversa conclusión. El voto particular del magistrado discrepante con el fallo argumenta, sin embargo, que los hechos descritos -regidos "por el cálculo de probabilidades más que por el carácter causal"- tienen apariencia delictiva.
Con su habitual desenvoltura, el ministro-secretario general Javier Arenas afirma que la inadmisión de la querella absuelve al PP de cualquier pecado y condena a los socialistas como responsables exclusivos del escándalo madrileño. La Sala advierte, sin embargo, de que su resolución no implica "un cierre definitivo" del asunto. La investigación criminal se reanudaría "de aparecer datos o indicios consistentes"; y también se abriría un proceso penal si "la investigación propia que pueda efectuar la Fiscalía Anticorrupción" lo exigiera. La querella interpuesta por el PP contra Simancas a causa de unas declaraciones en televisión es igualmente rechazada por el Tribunal Superior: la Sala alcanzó por unanimidad "la ineludible conclusión" de dictar la "obligada inadmisión a trámite" de una pretensión punitiva carente de fundamento. Porque la acritud de las manifestaciones de Simancas sobre los beneficios políticos recibidos por el PP de la deserción de Tamayo y Sáez debe ser situada en el contexto de las discrepancias inherentes a la discusión pública y a las controversias parlamentarias necesarias para la existencia de un sistema democrático.
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