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Reportaje:

El 'Rainbow Warrior' zarpa

Greenpeace saca su buque del puerto de Valencia tras 24 días de inmovilización y sin pagar los 1.200 euros del amarre

El buque insignia de la organización ecologista Greenpeace zarpó ayer del puerto de Valencia, donde ha estado retenido durante 24 días, después de haber pagado una fianza de 6.000 euros y dejar a deber 1.200 por las tres semanas que ha permanecido atracado, aunque fuera en contra de la voluntad de sus tripulantes. A las 10.00 de la mañana de ayer tres mujeres de la tripulación del barco recogieron los amarres y con esa maniobra, guiada por un práctico de la Autoridad Portuaria, pusieron fin a la inmovilización del barco, lo que reflejó la pancarta "¡Estamos libres!" colgada en el casco.

El origen del conflicto se remonta a la madrugada del 13 de junio pasado, cuando el Rainbow Warrior interceptó primero las maniobras de atraque del carguero Honour, que según Greenpeace transportaba madera exportada desde Camerún por empresas relacionadas con la tala ilegal a gran escala. Seis activistas abordaron el Honour y la consecuencia directa fue doble: un juicio de faltas por desobediencia y la apertura por parte del Ministerio de Fomento de un expediente sancionador que inicialmente fijó una fianza de 300.500 euros. Fue el pasado viernes cuando Fomento redujo a 6.000 el depósito necesario para que el barco salga del puerto de Valencia hasta que se resuelva el expediente.

Pero superado el obstáculo más importante, Greenpeace se encontró con que la Autoridad Portuaria le reclamó 1.200 euros por los días que ha estado atracado, en el muelle del Turia. La organización ecologista anunció que no pagará esa cantidad por una retención involuntaria. Y así lo hizo. Ayer, puso rumbo a un lugar indeterminado del Mediterráneo para continuar con su campaña Salvar los bosques primarios sin abonar dicha cantidad.

Greenpeace ha perdido tres semanas del programa previsto de denuncia contra la comercialización de madera procedente de talas ilegales. Representantes de la organización reclamaban ayer la necesidad de que empresas y Administración apuesten por la certificación de la madera. Los ecologistas reconocieron que la estancia forzosa en el puerto de Valencia les obliga ahora a modificar, sin que esté precisado, el desarrollo de la campaña. De hecho, los seguimientos de barcos que debían atracar en diversos puntos de Italia no se pueden efectuar. Por ello, y en función de los informes y rutas que alcancen a tener, atracarán en algún puerto del Mediterráneo.

Tripulantes del <i>Rainbow Warrior</i> saludaban ayer al zarpar el barco del puerto de Valencia.
Tripulantes del Rainbow Warrior saludaban ayer al zarpar el barco del puerto de Valencia.TANIA CASTRO

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