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Putin: "Hay que sacar a los terroristas de sus sótanos y destruirlos"

Pilar Bonet

El presidente de Rusia, Vladímir Putin, afirmó ayer que "la parte más peligrosa de la red terrorista internacional" se encuentra en la república rebelde de Chechenia y debe ser "destruida". El atentado suicida del sábado durante un concierto de rock en Moscú hizo que el líder ruso volviera a emplear el duro lenguaje que le ha caracterizado en otras ocasiones cuando se refiere al problema checheno.

"Con esta gente es inútil llevar a cabo un trabajo profiláctico. Hay que sacarlos de los sótanos y las cuevas, donde se esconden hasta ahora, y destruirlos", dijo Putin, según el cual las "organizaciones terroristas" que actúan en Chechenia "son parte inseparable, y posiblemente la parte más peligrosa, de la red terrorista internacional". Putin presidió ayer una reunión del Gobierno a la que asistieron el primer ministro, Mijaíl Kasiánov; el ministro del Interior, Borís Grizlov; y el jefe del Servicio Federal de Seguridad, Nikolái Pátrushev.

El líder ruso instó a reforzar las barreras contra el terrorismo y señaló que no cederá. "Ni un solo Estado del mundo cede ante el terrorismo y tampoco Rusia. Porque dar un primer paso en esta dirección significaría el comienzo de la desintegración del Estado y entonces el número de víctimas aumentaría en decenas, centenares y hasta miles de veces", dijo. Sin embargo, Putin instó a no "caer en las provocaciones" y a apoyar el proceso político iniciado por el Kremlin, que pasa por la celebración de elecciones presidenciales en la república el próximo octubre. El líder aseguró que se "han creado todas las condiciones" para los que quieren "la reconstrucción y la rehabilitación social en Chechenia".

Moscú iniciaba ayer la semana con cierto nerviosismo. Un McDonalds en el centro de la ciudad fue evacuado tras una falsa alarma y los periódicos hablaban de una "tercera oleada de terror" en la capital, donde hoy las banderas permanecerán a media asta en una jornada de duelo por las víctimas del atentado del sábado en el aeródromo de Túshino. Oficialmente, el número de muertos es de 13, pero el recuento de víctimas, aparentemente, no incluye a las dos suicidas, una de las cuales, según fuentes policiales, es hermana de un guerrillero contra el que existe orden de búsqueda y captura y de otro, muerto hace medio año en combate. Por otra parte, la cifra de muertos en la catástrofe sufrida el domingo por un helicóptero militar Mi-8 que se estrelló cerca de la ciudad chechena de Gudermés se elevó a cinco personas, según Interfax. La agencia, citando fuentes próximas a la investigación, señalaba que el helicóptero podía haber sido derribado. Antes se había dicho que el aparato sufrió un fallo técnico.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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