La normativa prohíbe volar con el registrador de voz averiado

Al margen de su trascendencia para esclarecer el accidente, el hecho de que el Yak-42 volase con una caja negra averiada supone una grave irregularidad. Según la normativa de la JAA (Autoridad Conjunta de Aviación), la falta de equipos de grabación de las conversaciones en cabina es motivo suficiente para que se impida volar a un avión. En concreto, el apartado 1.710 de la norma JAR-OPS 1 Subparte K regula los registradores de voz de cabina, sin los cuales "el operador no operará un avión con una masa al despegue superior a 5.700 kilogramos".

La norma exige registrar todas las conversaciones por radio desde la cabina; el ambiente sonoro de la misma; las comunicaciones entre los tripulantes a través del interfono; las señales de voz o audio que identifiquen ayudas a la navegación; y las comunicaciones entre la tripulación y el pasaje por megafonía.

"El registrador de voz de cabina", explica, "será capaz de conservar la información registrada durante los últimos 30 minutos de operación como mínimo". La grabación empezará "antes de que el avión se esté moviendo por su propia potencia" y acabará cuando ya no pueda moverse.

La normativa sólo permite volar sin el CVR en funcionamiento si se dan cuatro circunstancias a la vez: "que no sea razonablemente posible repararlo o sustituirlo antes del inicio del vuelo; que el avión no exceda ocho vuelos consecutivos con el mismo fuera de servicio; que no hayan transcurrido más de 72 horas desde que se detectara que estaba fuera de servicio; y que cualquier registrador de datos de vuelo que se requiera llevar a bordo esté operativo".

En el CVR del Yak-42 se han identificado conversaciones de vuelos anteriores, por lo que será fácil determinar si llevaba más de 72 horas estropeado. El avión salió de España hacia Kabul, por lo que las autoridades españolas debieron inmovilizarlo si ya entonces el CVR estaba averiado.