ETA hace estallar una bomba en una empresa de transportes de Vizcaya

ETA volvió a actuar ayer en Vizcaya. En el quinto atentado en tres semanas, la banda terrorista hizo estallar de madrugada una bomba bajo un camión de la empresa de transportes Azkar, en un polígono industrial de Bedia. Un comunicante anónimo había avisado media hora antes a los bomberos de la colocación del artefacto. El Gobierno vasco y el Círculo de Empresarios, entre otros, condenaron este nuevo "chantaje" que "pone en peligro" la economía vasca.

Los vecinos de la pequeña localidad vizcaína de Bedia se despertaron sobresaltados ayer a las 2.30 por el ruido de dos explosiones y ya no pudieron volver a conciliar el sueño. ETA había colocado un artefacto bajo la cabina de un camión aparcado en unas instalaciones de la empresa guipuzcoana de transporte Azkar, una de las más importantes del sector en España. A los pocos segundos, el motor del vehículo reventó por efecto de la bomba.

Media hora antes, una llamada anónima había alertado a los bomberos de la zona de la inminencia de un nuevo atentado del renovado comando Vizcaya, el quinto en tres semanas. Este ataque se produce sólo cinco días después de la desactivación por la Ertzaintza de una bomba trampa en Bilbao que iba destinada a los artificieros de la policía. Los primeros análisis descartaron que el de ayer se trate de un acto de kale borroka (lucha callejera), pues la carga explosiva utilizada es habitual de los atentados de ETA.

Tres camiones de la compañía sufrieron cuantiosos destrozos. El techo de uno de ellos saltó por los aires y la onda expansiva lanzó las placas de las matrículas al jardín de un caserío contiguo, que sufrió desperfectos en las ventanas. La zona del atentado se encuentra rodeada de polígonos industriales y caseríos aislados. A la hora de la explosión, la carretera que discurre paralela al aparcamiento donde se encontraban los camiones se hallaba desierta.

Las características de este nuevo ataque al empresariado vasco lo asemejan al perpetrado el 23 de junio contra un hotel de Getxo. Entonces, los terroristas colocaron una bomba en los lavabos de la cafetería de Los Tamarises, tradicional punto de encuentro de la burguesía del barrio de Neguri. En aquella ocasión, un empleado del hotel insinuó a este periódico que la intención del ataque podría ser una advertencia ante el impago de una extorsión económica impuesta por ETA.

En este sentido, un portavoz del Círculo de Empresarios Vascos se apresuró ayer a señalar que acciones como esta ponen en peligro "el desarrollo económico en Euskadi". El Gobierno vasco abundó en esta idea al denunciar que ETA "pone en riesgo el futuro de una empresa que da empleo". Tanto los socios del PNV en el tripartito (EA e IU/EB) como los partidos de la oposición (PP y PSE) condenaron en parecidos términos un atentado cuya intención, según Leopoldo Barreda, presidente del PP en Vizcaya, es "amilanar y extorsionar".