El turismo enfila la recuperación
Las perspectivas para este verano anuncian alta ocupación, pero la rentabilidad y los ingresos siguen estancados
Las vacaciones de verano han empezado con un clima de ligero optimismo en el mercado turístico. Las reservas conocidas hasta ahora auguran que las playas españolas volverán a estar llenas, pero será a costa, como ocurriera el año pasado, de la rentabilidad. El sector está inmerso en una intensa guerra de precios para ocupar las plazas y, además, hacerlo cuanto antes. Y aunque las ofertas ahora son para reservar con anticipación, los viajeros siguen retrasando la decisión del viaje. La opinión más generalizada entre los empresarios es que el verano será más o menos como el del año pasado. Mucha gente y pocos ingresos, en un modelo que se da por agotado.
De todos los servicios, Turismo es el que registra en el primer trimestre la mayor caída en facturación, un 12,2% menos que a final de 2002
Según el IPC de mayo, en tasa interanual, los precios de alojamiento han subido un 2,4%, frente al 4,2% de restaurantes, bares y cafeterías
Baleares sigue castigada por la caída del turismo alemán. Es la única comunidad autónoma con tasas negativas de precios e ingresos
En mayo las pernoctaciones subieron un 2,5%, pero la ocupación sólo alcanzó el 52% por el aumento del número de plazas en un 4%
"En los últimos 20 días la situación ha cambiado completamente". Ramón Estalella, secretario general de Zontur, la agrupación empresarial de hoteles vacacionales, se siente optimista. "Ligeramente optimista", matiza. Lo que hace meses se preveía como un verano catastrófico para el turismo ha dado la vuelta y las ocupaciones conocidas hasta ahora auguran una buena temporada. Lo será en cuanto a número de turistas se refiere -la Administración calcula un aumento de entre el 1,5% y el 3%-, pero muchos empresarios del sector dudan de que también lo sea en rentabilidad.
Según Zontur, a finales de julio y durante el mes de agosto la ocupación hotelera en la costa puede rondar el 92% de media, lo que se acerca al lleno técnico total. Junio no se ha portado mal y las expectativas, según Estalella, es que el comienzo de septiembre tampoco sea malo, lo que prolongaría la temporada. No todos los destinos se comportarán igual. Determinados lugares, como Benidorm, estarán absolutamente a tope, con una ocupación estimada del 93%, mientras que Mallorca seguirá sufriendo la crisis del turismo alemán y su ocupación no pasará del 88%.
Los alemanes, afectados por la debilidad de su economía, han cedido liderazgo en el mercado a los británicos, que están cumpliendo ahora el papel de motor emisor. Pero la depreciación de la libra esterlina con respecto al euro -el 15%- preocupa a los hoteleros. Y para muchos de ellos es el síntoma de la caída de los precios en España. Si con esa depreciación de su moneda es el mercado que más ha crecido proporcionalmente -el 20% hasta mayo-, es, opinan, porque los precios de los hoteles están en plena senda bajista. Mientras muchos expertos afirman que la rentabilidad en ese sector "no se va a recuperar", Zontur opina que los grandes hoteles pueden aumentar su rentabilidad entre el 2% y el 3%.
La evolución de los ingresos
Dando por hecho que las playas se van a llenar, la incógnita ahora es saber si los ingresos por turismo van a crecer y cuánto. De momento, el secretario de Estado de Comercio y Turismo, Juan Costa, ya ha dicho que el incremento "será leve", y hay analistas que adelantan que pueden, incluso, no aumentar.
Gonzalo Pascual, presidente del consejo de Turismo de la CEOE y dueño de uno de los grandes grupos de turismo españoles (Viajes Marsans), ve las cosas de otro modo. A su juicio, los ingresos aumentarán, aunque duda de que ese aumento quede registrado en la estadística oficial. "El problema", dice, "es el cambio que se está produciendo en los hábitos del turista, que parece imperceptible, pero es una realidad. Cada vez el turista viaja menos en paquetes organizados uniformes y monta el viaje a su medida. Cada vez más viene a España en compañías aéreas de tarifas reducidas y se aloja en apartamentos. De esa forma, su entrada sí queda reflejada como aumento de turismo, pero sus gastos se confunden con los del español del apartamento de al lado, y mucho más ahora con el euro. Mi impresión personal", añade, "es que con el tiempo habrá que cambiar el análisis de los ingresos".
Para Pascual no hay crisis de turismo, sino crisis en aquellos "que no se han adaptado a los cambios". "Si el turista ya no quiere viajar como el touroperador tradicional le organiza y al hotel que le dice, los que tienen crisis son ese touroperador y ese hotel. Pero el turista sigue viniendo y gastando".
Si bien es verdad que el primer trimestre no es significativo para ver la tendencia del conjunto del año -y menos en 2003, que la Semana Santa ha sido en abril-, los datos de enero a marzo de los nuevos Indicadores de Actividad del Sector Servicios (IASS) que ha empezado a publicar el INE no son esperanzadores. De todos los sectores, es turismo (incluye hostelería y agencias de viajes) el que registra la mayor caída en la cifra de negocios con respecto al último trimestre del año anterior (-12,2%), mientras que en tasa interanual disminuye un 1,5%, frente al 5,3% de aumento del índice general. Esa caída en la facturación, sin embargo, no impide que el empleo haya crecido en el primer trimestre un 1,2%.
La explicación puede venir del hecho de que, pese a todo, la oferta no para de crecer. No importa que el hábito de alojarse en el hotel cambie -el año pasado las pernoctaciones de extranjeros bajaron el 5,1%- o que el periodo de la estancia se acorte -la media descendió el año pasado un 4%-. La cuestión es que el número de plazas hoteleras el año pasado creció un 4,2% y que algunos destinos parecen ya saturados. Un ejemplo más cercano en el tiempo es mayo. En ese mes, las pernoctaciones de residentes y extranjeros subieron un 2,5%, pero la ocupación sólo alcanzó el 52%, un 1,6% por debajo del mayo anterior, a consecuencia del aumento del número de plazas en un 4%.
Muchos hoteleros son conscientes de que se está matando la gallina de los huevos de oro, mientras que otros se quejan de los precios de la llamada oferta complementaria, aquella de ocio y esparcimiento que completa la estancia del turista. Un ejemplo muy citado en el sector es el siguiente: dos tumbonas y una sombrilla en una playa de la Costa Brava cuestan 20 euros, lo mismo que la tarifa de un hotel de tres estrellas en régimen de media pensión. Alguno añade otro: trasladando todos los precios a euros, hace dos años una cerveza en un chiringuito costaba 1,10 euros y ahora cuesta 2,50. "Hay que tener cuidado", dicen, "porque España ha dejado de ser un país barato".
Lo que ocurre, a juicio de muchos analistas, es que los países verdaderamente competidores, como Egipto, Túnez y, sobre todo, Turquía, siguen afectados por el síndrome de incertidumbre política y aún no se han borrado los efectos de atentados como los de Casablanca o Djerba. Croacia o Bulgaria, que han tenido crecimientos espectaculares en el número de turistas, preocupan menos por razones de clima.
En definitiva, aunque el sector en general mantenga un ligero optimismo, el año, según muchos hoteleros, no será distinto al pasado. RIU destaca que sigue la tendencia a reservar muy tarde y sitúa Andalucía entre los mejores destinos y Baleares entre los peores, por nivel de ocupación. Sol Meliá califica de muy buena la ocupación prevista en Levante, Costa del Sol y Costa de la Luz, muy buena en Menorca y Canarias y peor en Ibiza y Mallorca. Y Barceló, que cada vez combina más vacacional con urbano y acaba de firmar la gestión del primer hotel en Alemania, espera para la última semana de julio y las tres primeras de agosto lleno total en las costas españolas, y hasta la tercera semana de julio entre un 70% y un 80% de ocupación. "En general", dicen, "se espera un año similar al pasado, con una ligera mejora en los destinos costeros españoles, con excepción de Baleares, donde en algunas zonas la situación puede ser, incluso, peor".
Los precios retroceden
Por primera vez en mucho tiempo, la Administración y los hoteleros están de acuerdo. Los precios se moderan y eso se refleja en las estadísticas oficiales. El último dato del Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre precios hoteleros corresponde a mayo y registra un incremento interanual del índice general del 2,5%, menor al registrado el año pasado en la misma fecha (3,9%), y al 8,6% de 2001.
Si se tiene en cuenta el aumento de los precios por comunidades autónomas, el índice refleja la mala situación que atraviesa Baleares, el destino que más está sufriendo, y la única comunidad en la que los precios bajan -un -0,3%- en tasa interanual.
Pese a que la estadística recoge la moderación en los precios, el sector turístico cree que no refleja con total exactitud lo que está ocurriendo, ya que no diferencia los hoteles vacacionales -donde las tarifas están cayendo- de los urbanos, donde suben. Por eso sólo Baleares, donde prácticamente la totalidad de los establecimientos están dedicados al sol y playa, registra tasas negativas.
Si se tiene en cuenta el IPC, en mayo y en tasa interanual, los precios de "hoteles y otros alojamientos" subieron un 2,4%, frente al 4,2% de incremento en restaurantes, bares y cafeterías, es decir, en parte de la oferta complementaria, cuyos precios son protestados por hoteleros y Administración.
En cuanto a los ingresos, es Cataluña la comunidad con mayor incremento (6%).
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