La buena mezcla entre fijo y variable
Los depósitos combinados ofrecen rentabilidades de hasta el 9% a muy corto plazo
Hace dos años, cuando las bolsas empezaron a tener preocupantes pérdidas, las entidades comenzaron a comercializar los depósitos combinados o estructurados. Desde entonces, y a pesar de que la situación bursátil ha mejorado, no han parado de ofrecerlos, con rentabilidad fija del 6%, 7% y 9% a muy corto plazo. Sin embargo, colocan la mayor parte de su inversión en acciones.
De la media docena de depósitos combinados que los particulares tienen a su alcance en estos días, la mayoría se caracteriza por cinco premisas básicas:
- - - Primera: se asegura que el capital invertido se recuperará íntegramente.
La mayoría de estos productos incorpora para la parte destinada al mercado bursátil fuertes comisiones de cancelación
Una modalidad de depósito combinado son los fondos inmobiliarios; por el momento, los más rentables de los últimos 12 meses
- Segunda: la parte de la inversión que se remunera a tipo de interés fijo (en algún caso ha de suponer el 50% de la inversión) ofrece unos rendimientos elevados (entre el 3% y el 6%), pero sus periodos de vida son muy cortos.
- Tercera: la remuneración de la parte de la inversión que se liga a la evolución de un índice bursátil o de un conjunto de valores se establece, en general, sobre el 50% de la que ofrecen el propio índice bursátil o el conjunto de acciones preseleccionadas, pues se trata de valores medios. Se trata, por tanto, de inversiones conservadoras, con un funcionamiento muy similar al de los fondos garantizados de renta variable. Para estas imposiciones, el plazo impuesto por las entidades casi siempre supera los dos años. El objetivo es, sin duda, obtener ventajas fiscales sobre las ganancias.
- Cuarta: en la mayor parte de los casos, la parte variable de los depósitos combinados se vincula al comportamiento de un índice bursátil, siendo el más común el Eurostoxx 50.
- Quinta: la mayoría de estos depósitos incorpora, especialmente para la parte de la inversión destinada al mercado bursátil, comisiones de cancelación de tal forma significativas que anulan los rendimientos fijos.
Bankinter ofrece su Depósito Cupón Europa, cuya característica diferencial es que, de forma anual, se calcula la rentabilidad acumulada y ésta se consolida. Se parte de la base de un mínimo fijo del 9%, al que se sumará o restará la revalorización (positiva o negativa) del peor mes del Eurostoxx 50 en cada ejercicio. El BS Depósito Doble del Banco Sabadell remunera al 6% la mitad de la inversión, mientras que la otra mitad se vincula exclusivamente al comportamiento de la Bolsa española (Ibex 35). El Depósito Indexado de Barclays garantiza la recuperación íntegra del capital invertido y ofrece el 100% de la revalorización de seis de los principales índices bursátiles mundiales. Banesto, en su depósito Inversión Asegurado, plantea un plazo de inversión de cinco años y un mes. Ofrece un rendimiento fijo del 6% nominal y el 60% de la revalorización del Eurostoxx 50. El 70% de la inversión que se realice en el Depósito Plazo Combinado de Ibercaja se remunerará el primer mes al 3%; el segundo, al 4%, y el tercero, al 5%. Las ganancias que procure el 30% restante dependerán del comportamiento de acciones como Iberdrola, BBVA, Repsol y Telefónica. Por último, el Banco Zaragozano no ofrece un rendimiento fijo, sino que vincula íntegramente la rentabilidad de su depósito al comportamiento de ocho valores.
En los últimos tiempos han surgido, además, otras modalidades de depósitos combinados. Son los depósitos vinculados al ladrillo. Los fondos inmobiliarios son, por el momento, los fondos más rentables de los últimos 12 meses y, sin embargo, cuentan con pocos partícipes. Esta realidad ha animado a entidades como Caja Madrid, Patagon o Uno-e a lanzar depósitos en los que, como mínimo, un 50% de la inversión se debe canalizar hacia estos productos. En este sentido cabe precisar que no hay, por el hecho de suscribir estos fondos de inversión a través de sus correspondientes depósitos combinados, ninguna ventaja especial para el particular. Ni en lo que a rentabilidad se refiere ni en su tratamiento fiscal.
El inversor que llegue a estos productos a través de este sistema obtendrá los mismos resultados (positivos o negativos) que si se hace titular de ellos de una forma directa. Si mantiene sus posiciones durante más de un año, sobre las plusvalías obtenidas, el inversor tributará a Hacienda, en el ejercicio que las venda, en un 15%. El resto de la inversión, como es habitual, en estos depósitos se remunera a tipos de interés altos, aunque durante un corto periodo de tiempo. Se trata, por tanto de nuevo, de inversiones conservadoras.
Los CFA
Ausbanc Consumo ha pedido la nulidad de los CFA (Contratos Financieros Atípicos a los que, en ocasiones, se les denomina depósitos estructurados o combinados que han captado algo más de 6.000 millones de euros) y que se reintegre a los clientes afectados el importe íntegro de los depósitos realizados.
Según Ausbanc, "los Contratos Financieros Atípicos (CFA) están vinculados a acciones del propio banco emisor u otras acciones en cartera de la entidad emisora y constituyen un engaño muy perjudicial para los clientes, al colocarse como un producto de inversión sin riesgo, cuando en realidad constituyen opciones de venta que el cliente firma a favor del banco emisor. Los CFA eran presentados a los clientes con la apariencia de un depósito a plazo de alta remuneración sin riesgo, vinculados a un mandato irrevocable de compra de acciones. El banco conseguía del cliente, mediante una deficiente información, su autorización para colocarle determinadas acciones a un determinado precio, convirtiéndose la entidad, gracias a esta artimaña, en beneficiaria de un seguro de venta de acciones técnicamente llamado opción de venta. El vencimiento más habitual de los CFA se sitúa entre los dos años y los dos años y medio".
Para la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), un CFA está instrumentado como una imposición a plazo fijo más un producto derivado (normalmente, una opción sobre acciones cotizadas). Son contratos que no se negocian en los mercados secundarios organizados. La principal consecuencia es que no es posible deshacer la inversión, ni siquiera en el caso de que la evolución de los indicadores económicos lo hiciera conveniente.
Fiscalidad ventajosa
Con la entrada en vigor del nuevo impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF), las rentas obtenidas en un plazo superior a los dos años procedentes de, entre otros productos financieros, los depósitos se reducen en un 40%. Es decir, se incluyen en la declaración de la renta únicamente el 60% de los intereses que se perciban al cabo de este tiempo. Teniendo en cuenta la nueva escala tarifaria del IRPF -se reducen los tramos a cinco y los tipos marginales oscilan entre un mínimo del 15% y un máximo del 45%-, los depósitos son, a igualdad de rendimientos financieros que los fondos de inversión, más rentables desde el punto de vista financiero-fiscal, para periodos superiores a los dos años, para los ahorradores cuyas bases liquidables sean inferiores a 13.800 euros.
En el caso de los fondos de inversión, la tributación para las participaciones que se venden con más de un año de antigüedad es fija y está, independientemente del tipo medio o marginal del contribuyente, establecida en el 15%. Para los depósitos a más de dos años, y teniendo en cuenta los marginales del nuevo IRPF, los tipos efectivos de tributación son en escala de menos a más del 9%, 14,4%, 16,8%, 22,2% y del 27%.
Un precio oficial del dinero en el 2% (igual para toda la Unión Monetaria) y una inflación que difícilmente se ajustará a las previsiones oficiales (2%) provoca que, en bastantes casos, el ahorro (incluido el más conservador) arroje tasas negativas. Si los intereses derivados de la inversión se perciben vía depósitos o seguros en un plazo superior a los dos años, la revalorización neta global (24 meses) a exigir para preservar el capital se coloca en la banda, según tipos impositivos, del 5% y 6%.
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