Después de la sentencia

En relación a la sentencia del caso Alicia Arístregui, queremos manifestar en primer lugar nuestra alegría porque el jurado popular haya considerado a Jesús Gil, culpable de asesinato con alevosía y ensañamiento, con una pena de cárcel de 22 a 25 años. Con ello se aporta un poco más de esperanza a todas las mujeres que se ven en esas mismas circunstancias, a la familia y allegados de Alicia y a todas las personas que queremos que el maltrato, la violencia de género y los asesinatos de mujeres no queden impunes y sean considerados con la importancia que tienen, con el fin de acabar con esta lacra social que se cobra al año más de 80 muertas. Esperamos de verdad que esta sea una sentencia ejemplar, al igual que lo están siendo otras en otros lugares las referidas a las medidas de alejamiento.

En segundo lugar, queremos mostrar a la familia de Alicia Arístregui, amistades y grupos de mujeres de la zona de Huarte-Villava y Burlada, nuestro apoyo total, solidaridad y agradecimiento por la constancia que han tenido para defender a Alicia y contribuir a concienciar a la sociedad Navarra contra los malos tratos, los asesinatos de mujeres y la violencia de género en general. Gil. Queremos pedir, en tercer lugar, a las instituciones navarras, que, al igual que otros hechos, esta sentencia y este tema sean objeto de reflexión, tratamiento y celebración en el Parlamento y ayuntamientos. En estos días del juicio las instituciones no han estado a la altura de las circunstancias. ¿Dónde estaban todos los políticos-as estos días? ¿No han tenido tiempo para ir al juicio o para para ponerse una camiseta con la cara de Alicia o una pegatina de protesta en los actos del Parlamento y ayuntamientos?

Que no olviden que tienen una ley, aprobada el 27 de febrero del 2003, de medidas integrales contra la violencia de género, que está a la espera de ser desarrollada en un plazo máximo de seis meses. Así pues, les queda mes y medio para desarrollar el reglamento. A nosotras, a las plataformas y grupos de mujeres, familiares, etc., no se nos va a olvidar y vamos a seguir exigiendo su ejecución.

La alegría que nos produce esta sentencia tampoco nos hace olvidar la dura realidad que todavía viven las 640 mujeres que en Navarras denunciaron malos tratos en el año 2002, ni el caso de Dora Angulo, asesinada en abril del 2003, pendiente de juicio que esperamos sea igual de ejemplar que el de Alicia.