Incautados casi 3.000 kilos de cocaína que iban a la ría de Arousa
España ya ha requisado 20 toneladas de esa droga y se acerca al récord histórico de alijos
La avalancha de cocaína no cesa. La Guardia Civil y el Servicio de Vigilancia Aduanera se incautaron anteayer de casi 3.000 kilos de cocaína durante el abordaje en mitad del Atlántico de un pesquero que había zarpado de Venezuela para llevar la droga a la ría de Arousa (Pontevedra). Esta incautación, la sexta en la misma zona desde el 31 de marzo, eleva a 20.000 los kilos de cocaína incautados por España en seis meses. En todo 2002 fueron requisados 17.616 kilos.
España ha hallado un caladero de cocaína en mitad del Atlántico y lo está esquilmando. Está situado en un amplísimo triángulo delimitado por las islas Azores y las Canarias y un punto indeterminado a unas 3.000 millas al suroeste del archipiélago español, donde los narcos envían barcos nodrizas cargados de droga para trasbordarlos a buques más pequeños. Por esa zona, a unas 1.000 millas al suroeste de Canarias, transitaba el pesquero Poseidón cuando fue abordado por un equipo de asalto que había partido del Petrel, el buque insignia del Servicio de Vigilancia Aduanera, convertido en azote del narcotráfico. El Poseidón transportaba 100 fardos de droga, de entre 25 y 30 kilos de peso cada uno.
El abordaje y la detención de los ocho tripulantes culminaba una larga investigación iniciada en diciembre pasado por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. En esa fecha se desencadenó la Operación Sarraceno, que permitió detener a ocho narcotraficantes que actuaban en Portugal y Galicia. Las pesquisas y la información facilitada por la Agencia Antidroga de Estados Unidos (DEA) determinaron que se trataba de un cabo de una red dedicada a exportar cocaína desde Venezuela a la Unión Europea.
La red, supuestamente dirigida en España por Eulogio Romero Betanzos, Lojito, solía enviar lanchas cargadas de cocaína hasta un punto indeterminado de las costas venezolanas, donde la droga era transbordada a un pesquero. Éste navegaba hasta el triángulo de la cocaína, donde los fardos eran pasados a otro pesquero procedente de España. El tercer trasbordo se producía ya cerca de la costa de Galicia, donde la droga era estibada en lanchas rápidas, que eran las encargadas de introducirlas en España, generalmente a través de la ría de Arousa, donde la cocaína era escondida hasta que se organizaba su transporte hacia otros países de la UE.
276 millones de euros
La red no parece haber tenido suerte con sus últimos envíos, porque al menos tres han sido incautados: el de anteayer, de entre 2.800 y 3.000 kilos; otro, de 2.500 kilos, que viajaba en el pesquero Pescam I, interceptado el 30 de marzo en el citado triángulo, y uno más, de 1.750 kilos, requisados en Santurtxi el 7 de mayo entre langostinos congelados.
El abordaje del jueves, el sexto que se produce en el triángulo de marras desde el 31 de marzo, ha supuesto quitar de la circulación casi 12.000 kilos de cocaína, con un valor aproximado de 276 millones de euros (unos 50.000 millones de las antiguas pesetas). Los narcos han concentrado sus operaciones en dicha zona durante los últimos meses, debido a que en breve esa franja marítima será batida por fuertes vientos y marejadas, que dificultan los transbordos. "Por eso han tenido que adelantar y concentrar las operaciones", según ha explicado Gonzalo Robles, responsable del Plan Nacional sobre Drogas.
La frecuencia y la facilidad con que se han repetido los alijos en dicha zona ha llevado a Robles a decir: "Parecía que íbamos de pesca y los pescábamos a todos". El ritmo de incautaciones ha elevado por encima de las 20 toneladas la cocaína incautada este año por Guardia Civil, Cuerpo Nacional de Policía y Vigilancia Aduanera, frente a las 17.616 de todo 2002. Nada extraño, ya que España requisa el 50% de toda la cocaína que se incauta en Europa, y ocupa la tercera posición mundial en alijos, sólo superada por Estados Unidos (primer consumidor mundial) y Colombia (máximo productor).
La mayoría de la droga procedía de Colombia, pero en el último año se ha producido un aumento de la de origen venezolano (difícil de controlar por sus innumerables ríos) y peruano. El destino tradicional de los alijos es España, donde los naturales del sur y el centro de América se mueven con mayor comodidad. Pero los numerosos reveses sufridos en los últimos años y el aumento del consumo de cocaína en los países del Este ha llevado a los traficantes a abrir una nueva ruta, que pasa por Italia y Albania.
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