"Jamás había dado problemas"

La confesión de Alfredo Galán Sotillo como el asesino del naipe era la comidilla de Puertollano (Ciudad Real, 50.000 habitantes). Los vecinos no dejaban de comentar que un natural de esta localidad se había convertido en el asesino en serie más peligroso de España en los últimos años. Los más sorprendidos eran los vecinos de la calle de la Encomienda, ya que allí pasó toda su infancia y adolescencia, hasta que ingresó en el Ejército. Alfredo Galán es el tercero de cinco hermanos (tres chicos y dos chicas). Desde pequeño tuvo que vivir sin la figura materna, ya que falleció durante el parto de su última hija. Desde entonces, vivió con su abuela materna y con su padre. "Jamás ha dado problemas, era una persona normal y nos ha sorprendido a todos que haya acabado así", comentó una vecina. La noticia no fue conocida hasta el mediodía en el municipio. Galán era una persona poco conocida, ya que hace unos ocho años dejó de vivir en el municipio, al igual que la mayoría de su familia. Su padre se trasladó a Ciudad Real, y sus otros hermanos, a Alcalá de Henares.

El homicida confeso sólo acudía a Puertollano algunos veranos. Tenía una vivienda modesta de una planta, colindante a la de un familiar suyo, con el que no se hablaba tras una antigua discusión familiar. Algunos vecinos dijeron que antes de que se marchara a Madrid trabajó de camarero y como montador en la ciudad. Los vecinos nunca vieron en Alfredo Galán a la persona de los retratos-robot que difundió profusamente la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía. Sólo coincidían su altura (1,80 metros), su delgadez y que a veces llevaba perilla. "Hemos visto los retratos muchas veces y desde luego no se nos ha pasado por la cabeza a nadie de Puertollano que fuera Alfredo", comentó un amigo de la infancia. Persona introvertida y que se relacionaba poco con el resto de la gente, nunca había dado problemas en el vecindario. Su vecino Pedro Figueroa seguía ayer confuso: "Estoy sorprendido porque anteayer estuve hablando con él y le vi con un amigo y era la persona más tranquila que nadie se podía imaginar".